Una adolescente de 18 años, que siempre ha usado talla 8, amante del gimnasio y mantenerse en forma, con el estómago plano que muchas chicas quisieran tener, se quedó completamente atónita cuando tras visitar al médico por consejo de su madre, descubrió de la noche a la mañana que estaba embarazada de 37 semanas.
Saffron Heffer, de Clacton-on-Sea, Essex, dijo que no tenía idea de que estaba esperando un bebé, hasta que su madre le sugirió que se hiciera una prueba de embarazo cuando detectaron una extraña mancha de pigmentación en su estómago.
En esta imagen Saffron ya tenía 4 meses de embarazo…
Lo sorprendente fue que Saffron durante todo ese tiempo jamás mostró signos aparentes de un embarazo.
Pero una vez que la noticia la dejó helada, hizo recapitulación y todo tenía sentido: algunas faltas en su menstruación habitual, ciertos antojos, cambios abruptos de carácter…
Al examinarla, la ginecóloga le dijo que la razón por la que Saffron no había tenido ningún bulto evidente en ese tiempo era que el bebé estaba literalmente adosado a su vientre.
Saffron, a los 6 meses de embarazo… Y sin rastro de un bebé en camino ¡Es impresionante!
La joven madre confiesa que estaba en el gimnasio con su madrre cuando sospecharon de que algo no era normal en su cuerpo. Vieron que su barriga tenía una divertida forma en triángulo, además de la mancha, y por eso acudió al médico.
Saffron explicó además que su última relación íntima con su pareja había sido hacía un tiempo, por lo que ni siquiera había considerado la posibilidad de un embarazo.
Pero entonces el médico le confirmó su estado y la matrona acudió para asistirla en una maniobra para reubicar al bebé.
«Ella metió las manos y me dijo que podía sentir un bebé, pero no puedo decirte el tamaño. Ella clavó sus manos en mi estómago y lo hizo girar. La sentí moverlo y sentí su primera patada».
«Fue tan extraño. De no sentir nada en absoluto, a sentir todo a diario es simplemente irreal», dijo la impactada madre.
Saffron obtuvo una enorme barriga de embarazo en cuestión de días.
«Fue una sorpresa para todos. Mi madre estaba tan sorprendida como yo. Personalmente, no creí que fuera posible no saber que estabas embarazada hasta que me sucedió», dijo asombrada.
Lógicamente, la noticia la tomó totalmente desprevenida y entró en una depresión muy fuerte después de que su pareja le dijera que no quería saber nada del bebé, a quien lo llamaría Óscar.
A partir de ahí, pasó unas últimas semanas de gestación terribles: le faltaban vitaminas, estaba totalmente letárgica, permaneció sin salir de casa durante 2 semanas, sólo quería dormir y no ver a nadie… ¡Sentía que el mundo se le venía encima!
«Incluso el día en que di a luz estaba en mis jeans talla 6-8».
Tras encontrar la fortaleza que necesitaba para afrontar lo que se le venía, decidió que no se dejaría derrumbar más.
«He sido fuerte con otras cosas antes, así que simplemente seguí adelante».
Saffron dio a luz a su saludable hijo Oscar Heffer, que pesó 3.6 kilos, apenas 6 semanas después de saber que estaba embarazada.
«Él es perfecto. Si tuvieras que pedir un bebé perfecto sería él. Está tan contento, sólo se sienta y duerme y se acurruca. El es tan encantador. Me encanta ser madre. Es tan gratificante. Lo principal que amo es verlo feliz. Cuando él sonríe y se ríe, es cuando sabes que estás haciendo un buen trabajo», dijo la orgullosa Saffron.
Los estudios indician que por lo general, un bebé se coloca en la posición adecuada a las 36 semanas de gestación. Pero si eso no pasa, el obstetra puede recomendar hacer una ECV, una técnica conocida como versión cefálica externa.
El procedimiento generalmente comienza con una inyección para relajar la matriz, antes de que se aplique una presión suave sobre el abdomen para ayudar al bebé a girar hasta que esté boca abajo.
Nos alegramos de que la madre de Oscar le haya dado la oportunidad de venir a este mundo para alegrar sus días. ¿Conoces algún caso similar en el que una mujer no supiera que estaba embarazada con tantas semanas de gestación? Compártelo en tus redes.