La mirada de un niño siempre reflejará el verdadero amor, las ganas de vivir, ellos son angelitos de luz que llegan a nuestra vida para llenarnos de aprendizaje.
Desafortunadamente, la realidad para muchos niños es completamente diferente, hay quienes viven inmersos en su propio mundo y dependen por completo de los seres que más aman para poder realizar las actividades más sencillas.
El niño de nacionalidad argentina nació en abril del 2008.
Esta es la historia de Benjamín Vera, un niño que desde que nació estuvo los primeros cuatro meses en una incubadora, el tiempo pasó y los problemas aumentaron, fue diagnosticado con parálisis cerebral.
Los médicos no le dieron probabilidades de vida, solo resistiría un par de horas desde el momento en que tuvieron el diagnóstico, en el mejor de los casos, no podría escuchar ni ver.
Cada donativo hace la diferencia para mejorar la calidad de vida del niño.
Sin embargo, los planes de Dios eran completamente otros, el pequeño Benjamín logró logró sobrevivir, puede escuchar y ver, aunque no puede caminar ni hablar.
Desde el momento en que nació su abuela paterna, Adriana, ha estado con él en todo momento, su madre lo abandonó, decidió no asumir la responsabilidad del niño.
“Benja solo tiene su papá y a sus abuelos, porque la mamá no le estaba dando los cuidados necesarios. Vimos algunas cosas que no nos gustaron y desde entonces vive con nosotros.
La mamá hace dos años y medio que no lo ve por decisión propia. Sabe que acá tiene las puertas abiertas pero no lo visita”, comentó a la abuela.
Adriana junto al padre del niño, han sacado el pecho por mejorar la calidad de vida de Benjamín, pero no cuentan con los recursos económicos para costear todo el tratamiento ni los implementos especiales para mejorar la calidad de vida del niño.
La familia organizó un torneo de penales para recaudar fondos.
En vista de ello, la abuela a organizado varias rifas con el objetivo de recaudar dinero y lograr comprarle una silla de ruedas postural que le ayudará a sostener su cabeza. Al respecto Adriana comentó:
“Estoy organizando la cuarta rifa para juntar dinero y poder comprarla, o comprar lo que más pueda porque además de la silla de ruedas necesita remedios. Por eso, siempre rifo cosas, otras personas que lo conocen y saben sus necesidades nos donan”.
Pese a todos los esfuerzos que han realizado aún no cuentan con el dinero y cada vez son más los gastos, dentro de poco le realizaran una operación de cadera y pies porque los tiene desviados.
Para su abuela, el pequeño Benjamín tiene una sonrisa que lo logra todo, es su primer nieto y el consentido de la familia. Solo quieren verlo feliz y con ese brillo especial que tiene en sus ojos.
Los niños como Benjamín son un regalo de Dios, un pedacito de cielo en la tierra para recordarnos que no hay diferencias si de demostrar amor se trata. No dudes en ayudar y comparte esta historia, los buenos somos más.