Bonnie Kimball, de New Hampshire, al norte de Estados Unidos, jamás imaginó que obedecer a lo que su corazón le dictaba le saldría tan caro. Al punto de quedarse sin empleo tras casi 5 años de llevar trabajando para una empresa que provee la alimentación al comedor de una escuela secundaria.
Bonnie trabajaba para Fresh Picks Cafe, una subsidiaria de Cafe Services, en la escuela regional de Mascoma Valley.
Los hechos sucedieron el pasado 28 de marzo, cuando Bonnie se dio cuenta que uno de los niños no tenía dinero en su cuenta para poder pagar su comida. Ella sintió que no podía permitir que el pequeño se fuera sin comer, y tras dejar que se llevara la comida, le advirtió en voz baja que le «dijera a su madre que le diera dinero al día siguiente».
Para mala suerte de Bonnie, un supervisor estuvo detrás observándolo todo, y le hizo caer en la cuenta que «había obrado muy mal».
«¿Entiendes que lo que has hecho está mal? Fue un robo», le habría dicho el supervisor.
Cafe Services acusó a la empleada de haberle robado el valor de 8 dólares (7 euros) por no haber cobrado el menú.
Al día siguiente del suceso, efectivamente el pequeño pagó su dinero, pero eso no le bastó a la empresa. Y dos días después, el 30 de marzo, Bonnie fue notificada de su despido, lo que la dejó atónita.
“Sabemos quiénes son esos niños, todos conocemos las circunstancias personales de los menores. Ni siquiera lo llamamos trabajo, nos levantamos por la mañana, cuidamos de nuestras familias y luego vamos a cuidar de los niños”, declaró la mujer alegando que para ella los pequeños eran su familia.
Bonnie se encargaba de cobrar bebidas, batidos y helados en la caja registradora del comedor, por donde cada día pasan 326 estudiantes, según informaron los medios locales.
El incidente no dejó indiferentes a todos sus compañeros de trabajo, que al igual que ella estaban profundamente indignados. Ellos, en respuesta, iniciaron una huelga y otros miembros del personal han salido en su defensa, y otros dos han renunciado en señal de apoyo, ya que conocen de sobra la clase de persona que es Bonnie.
“Bonnie es fiable, se puede depender de ella, está dispuesta a trabajar horas extra para cubrir los días libres de otros, y a ayudar con funciones especiales”, reza la evaluación que le hicieron a la mujer el pasado 4 de marzo.
Por otro lado, el sindicato New Hampshire Union Leader se ha pronunciado a través de un mensaje de apoyo en Twitter, diciendo que Bonnie sólo «permitió al chico comer antes que dejarlo con hambre. Pensó que hacía lo correcto y los padres pagaron después».
La empleada despedida relata que su jefe directo le dio instrucciones en febrero para permitir que los niños que no tuvieran dinero pudieran tener su comida, y luego decirles discretamente que metieran dinero en su cuenta para pagarla, supuestamente para “no causar escenas”.
Paralelamente, es de conocimiento público que las políticas de distrito aseguran que los niños puedan comer aunque no tengan dinero para pagar sus alimentos. Sin embargo, no podrían tomar elementos de la carta -como aparentemente sucedió con el menor de este caso-, sino comer del menú.
La empresa fue tajante en un comunicado del pasado 9 de abril en el que confirmaba el despido de Bonnie.
«El 28 de marzo, un gerente de distrito fue testigo de que un niño en la fila se llevaba varios items que usted no se los cobró. Esto es una estricta violación en contra de nuestros procedimientos de manejo de efectivo, las políticas de cobro en las escuelas, y el Reglamento Federal que regula las comidas gratuitas. Recibirá su pago», fue la explicación de la empresa de catering.
Cafe Services ahora podría no ser renovada en su contrato de catering para la escuela, valorado en más de 560.000 dólares.
¿Y tú piensas que la mujer pudo haber obrado de otra manera? ¿Crees que es justo el despido por haber supuestamente robado a la empresa 7 euros? Déjanos saber tu opinión y comparte esta noticia.