El pasillo de un hospital pocas veces puede ser un escenario que quieras recordar para siempre, pero hay angelitos que con poco que vivan su paso por este mundo es tan sublime, que definitivamente jamás serán olvidados.
Ese es el caso de la pequeña Coralynn Sobolik, una bebé que con sólo 22 meses de edad se fue al cielo con los zapatos puestos.
Lágrimas de profunda consternación y a la vez de gratitud con sus padres y con la hermosa Coralynn es lo que se veía correr por el rostro del personal médico antes de que la pequeña ingresara a quirófano para donar sus órganos.
La pequeña recorrió por última vez los pasillos del hospital Mayo Clinic, en New York, dejando a todos devastados.
Junto al equipo médico conformado por cirujanos y enfermeras, estaban sus padres y familiares cercanos, que no podían contener las lágrimas despidiendo a la pequeña con muerte cerebral.
Su madre, Meagan Sobolik, se acercó a la bebé que yacía en la camilla y en medio del profundo dolor, consiguió la fortaleza para darle un último beso a Coralynn y dirigirle unas sentidas palabras:
«Te amaré por siempre, eres lo mejor que me ha pasado», le decía.
Mientras tanto, el resto del personal formó un pasillo de honor al tiempo que todos entonaban el tema de Amazing Grace.
¡Un momento absolutamente desgarrador!
Su generosa y valiente madre relató que Coralynn donaría su corazón e hígado para otros 2 bebés en los que seguiría viviendo su pequeña. Y sus riñones serían donados a una mujer de 41 años de edad.
Coralynn había sido declarada por muerte cerebral tras cinco días luchando con el extraño virus de la parainfluenza.
Había permanecido ingresada debatiéndose entre la vida y la muerte, desencadenándose varios paros cardíacos. Los doctores pensaron que se despertaría pero no sabían cuán deteriorada estaría. Pero de pronto, el cerebro de Coralynn comenzó a hincharse y un escáner de emergencia reveló que tenía muerte cerebral irreversible.
Meagan difundió el vídeo de la desgarradora despedida en su cuenta de Facebook para que sus familiares guardaran ese emotivo momento. Pero no sabía que en pocas horas se haría tan viral, al punto que ha sido compartido 9 millones de veces.
En el video se puede ver al padre de la pequeña, Paul, de 32 años, y a su esposa Meagan, de 29, quienes tienen que hacer esfuerzos sobre humanos para mantenerse en pie. Pero con una profunda entereza logran reponerse, y sólo tienen elogios para el personal de la clínica que cuidó con infinito amor hasta el último momento de su pequeña Coralynn.
Coralynn yace en su cama conectada a varios tubos, usando un pequeño gorro con flores.
«No sé si hay una palabra para algo más que fenomenal, pero el personal del hospital fue solo eso. Nos trataron como si fueran nuestra familia. Estoy emocionada que Coralynn logró tocar tantas vidas», dijo su madre.
«Estamos abrumados por el apoyo que hemos recibido de personas de todo el mundo. Es genial saber que nuestra niña ha inspirado a tantos», concluyó la madre.
Meagan ha aprovechado que su video ha llegado a tantos rincones para alentar a otros padres a permitir que el «legado de sus hijos siga vivo en otros» a través de la donación de órganos.
¡Es un mensaje que debe ser difundido por el mundo! Compártelo y enviemos toda la fuerza a los padres de la pequeña Coralynn, que tanto lo necesitan en estos duros momentos.