No es novedad que para algunos, determinados entornos laborales pueden convertirse en una verdadera pesadilla, y son muchos los que por innumerables razones se quedan sin empleo.
Por más que hubiera un motivo justificado para el despido, el mal sabor de boca es inevitable; sentimientos de ira y frustración toman posesión de nuestro ser y a más de uno se le puede cruzar por la cabeza antes de marcharse: «Mañana mismo prendo fuego a este lugar».
Pero esto pensamiento fugaz, que pareciera solo un mal deseo, para este hombre no fue así. El ex empleado de una oficina municipal en Bariloche, Argentina, efectivamente decidió prender fuego el primer piso de la Municipalidad, después de que le hubieran despedido.
El joven de 22 años le dijo a su abogado defensor Marcos Miguel que reaccionó violentamente por la “desesperación” ante la falta de dinero para mantener a su familia.
La crítica crisis a la que se enfrentó el joven padre de familia, con tres pequeños que alimentar, le puso en situación extrema,llegando a cometer el atentado por estar en un franco estado de desesperación, declaró el abogado.
El hombre era el único sostén familiar y tras haber trabajado durante 5 años en el Centro Cívico de la localidad para la Municipalidad, con un contrato que le renovaban cada seis meses, hace dos meses fue despedido.
Sin tener mayor explicación de parte de sus jefes, de la noche a la mañana no le renovaron el contrato, por lo que la tarde del pasado 16 de marzo, decidió prender fuego en la oficina donde trabajaba.
“No se le ha renovado el contrato y viendo en su familia la desesperación de que no hay un plato de comida en su casa, ha ido de puerta en puerta solicitando los justificativos de por qué no se le ha renovado el contrato y ha llegado a esta situación muy triste”, explicó el abogado.
En el vídeo que grabó y publicó un testigo presente en el incidente, se puede ver al joven rociando con combustible las oficinas y prendiendo fuego.
«¡Van a morir todos, hijos de puta!», exclamó el joven tras escapar por la ventana.
Pero inmediatamente fue detenido por la Policía, y el fuego, controlado a tiempo, sin ocasionar pérdidas mortales, a pesar de que el hombre puso en riesgo la vida de las 30 personas presentes durante el incendio.
«Ha tomado esta determinación por la desesperación de ver a su familia sin un plato de comida”, concluyó el abogado.
“Hoy vimos a su señora con sus hijos llorando en la comisaría y a él mismo llorando de la desesperación. No es un piromaníaco, no es una persona que anda prendiendo fuego, sino que la desesperación ha llevado al resultado de lo que vimos hoy”, insistió Marcos Miguel.
Es una situación lamentable en estructuras sociales, donde la crisis económica y el desempleo pueden llevar a una persona a una situación límite, capaz de cometer el peor acto, sin saber qué más hacer por superar tal estado de desesperación.
Esperamos que la justicia actúe con sabiduría en este caso y los más indefensos, sus tres pequeños, no salgan más perjudicados de lo que ya están.
Déjanos saber qué piensas de la reacción de este desesperado joven. ¿Qué habrías hecho tú en su lugar? Comparte tu opinión con tus amigos.