Quizá muchos vean el matrimonio o el divorcio como parte de la vida, pero hay algunos afortunados en este mundo que tienen la suerte de crear ese vínculo inquebrantable que solo con amor verdadero puede lograrse. Así lo ha demostrado esta pareja de ancianos que permaneció unida durante 67 años… Y fallecieron unidos, tomados de la mano.
La pareja tuvo la voluntad de continuar en este mundo porque no querían irse el uno sin el otro. Finalmente fallecieron juntos, tomados de mano, después de compartir 67 años de amor. Estaban rodeados de amigos y familiares que les brindaron cariño en sus últimos días.
Floyd y Biolet Hartwig eran de Fresno (California), se conocían desde que estaban en la escuela. Se casaron el 16 de agosto de 1957 y permanecieron tomados de mano hasta el 11 de febrero de 2015.
«No eran de una clase social muy alta. Eran una familia muy honrada y decente, estaban comprometidos el uno con el otro, sin importar lo que pasara«, dijo la hija Donna Scharton. También contó que su mamá tuvo demencia senil durante los últimos años de su vida. Su condición iba empeorando progresivamente, sin vuelta atrás.
Un día Donna recibió una llamada del médico de su papá, quien le dijo que Floyd tenía una falla en el riñón y que sólo le quedaban dos semanas de vida. La familia decidió enviar a Violet al hospital para que estuviera con su esposo en los últimos días.
Los miembros de la familia se reunieron allí el día que la pareja falleció. Cuando notaron que Floyd estaba sufriendo intensos dolores, comprendieron que ya le quedaba poco tiempo. Minutos después decidieron colocar las camas una junto a la otra para que los amantes pudiesen tomarse de manos.
Floyd falleció a los 90 años tomando la mano de su esposa Violet, quien a sus 89 años le devolvía el gesto con la misma ternura. Después de 5 horas ella lo siguió en su camino hacia una mejor vida.
«Nunca pidieron nada. Lo único que querían era estar cerca de la familia y es maravilloso que hayan llegado así a su final en este mundo. Todos sentimos que lo que los mantuvo con vida hasta ese momento, era el deseo de estar el uno junto al otro«, dijo Donna.
Ellos nos demuestran que el amor verdadero sí existe y que va más allá de la vida, es una historia muy conmovedora que nos hace un llamado a vivir a plenitud cada segundo y recordarle a nuestros seres queridos cuánto los amamos.
Este es un hermoso mensaje de amor para todos, ¡compártelo!