Evie Lambert es una niña de 11 años de edad que nació con el síndrome de banda amniótica. Esta condición produce que las fibras impidan el crecimiento de alguna extremidad de manera que sufren una amputación espontánea desde que se encuentran en el vientre de su madre. En el caso de Evie su brazo derecho fue el afectado.
Evie vive con su familia en la ciudad de Huddersfield al norte de Inglaterra.
Sus padres fueron advertidos después de algunas pruebas de embarazo de que esto podía suceder, pero decidieron dar lo mejor de sí y enseñar a su pequeña que podía perseguir sus sueños sin importar ninguna condición.
Y eso fue precisamente lo que hizo. Evie creció rodeada del apoyo de sus padres y se convirtió en una talentosa nadadora.
Evie ha ganado medallas de bronce y plata y planea en un futuro poder participar en los Juegos Paralímpicos.
A lo largo de toda su vida se debió enfrentar a la realidad de lucir muy diferente a los otros niños, pero nunca dejó que esto la afectara.
“A veces le ponían sobrenombres y se quedaban mirándola pero ella ha logrado volverse cada vez más resistente”.
Pero ahora, la vida de Evie cambiará para siempre gracias a un misterioso donador anónimo que ha decidido darle el mejor regalo: un brazo biónico completamente personalizado y con alusiones a “Frozen”, su película favorita. A lo largo de sus primeros años Evie intentó utilizar algunas prótesis para suplir su falta de brazo derecho, pero solo resultaron en una enorme molestia para ella:
“No pudo usarlos. Eran enormes pedazos de plástico que se ponían en su brazo y se ataban a su hombro. No funcionaron muy bien”.
Ahora, gracias a la tecnología que le puede ofrecer un brazo biónico su vida realmente dará un cambio y podrá realizar de manera mucho más sencillas pequeñas tareas del día a día.
“Lo deslizas, presionas un botón y ya lo puedes usar. Es muy cómodo de usar y la mano se abre y se cierra como una mano real”.
Todo sucedió a comienzos de septiembre cuando la familia de Lambert recibió una llamada inesperada. La compañía Open Bionic les informaba que un donante anónimo había decidido regalarle un brazo biónico. Desde entonces comenzaron los preparativos y el brazo estuvo listo justo a tiempo para que Evie pudiera abrir los regalos de Navidad.
“Está haciendo cosas que antes no podía. Pequeñas cosas como peinar su cabello, usar un secador, abrir un pintalabios o poner ropa en una percha”.