Muchas tiendas de ropa ofrecen a los clientes la posibilidad de devolver las prendas, siempre que no hayan sido usadas y tengan su ticket de compra. De eso se valió una mujer española, en la conocida cadena de tiendas Zara para cometer una estafa.
Tania M.A. es una zaragozana de 31 años de edad que le encanta vestir bien y estar a la moda, pero por lo visto sin pagar nada.
Así que, en un despliegue de creatividad muy mal orientada, se le ocurrió cambiar ropa vieja por nueva en las tiendas Zara en Zaragoza.
Con una habilidad increíble, intercambiaba las etiquetas internas y externas de su ropa vieja, con las de las prendas nuevas que recién estaban llegando a la sucursal.
Tenía la precaución de que las etiquetas fueran colocadas en prendas con tonalidades y texturas similares a la ropa nueva. Era un trabajo minucioso y delicado, para que no se dieran cuenta del engaño.
Se presentaba a la reconocida tienda y de lo más tranquila planteaba que por alguna razón la devolvía.
Etiquetas con código QR de la tienda Zara
Todo estaba planificado, no se dirigía siempre al mismo establecimiento, sino que visitaba las tres sedes de Zara que están en la ciudad de Zaragoza, en las zonas de Grancasa, el Paseo de Las Damas y Puerto Venecia. ¡Pensaba en todo, la astuta mujer!
Para evitar contacto directo con las encargadas, siempre pagaba y pedía la devolución a su tarjeta de crédito. De hacerlo en efectivo, se complicaba un poco el asunto porque la cajera necesitaba la autorización de la supervisora, y allí si se podría descubrir el fraude.
Pero algo detuvo su ilegal proceder, los sistemas de controles internos de Zara descubrieron el fraude. Las encargadas de las tres tiendas donde se cometieron los delitos, informaron al Departamento de Mermas y Seguridad.
Un sencillo cruce de datos, arrojó como resultado que una misma persona realizó seis de estas operaciones entre octubre de 2017 y marzo de 2018.
La tienda Zara procedió legalmente en contra de Tania, y se le dictaron seis meses de privación de su libertad por un delito de estafa continuada.
“El hecho de que tanto la etiqueta interior como la exterior sean coincidentes y que sean colocadas precisamente en prendas de similar color evidencia el mecanismo engañoso y el ánimo de lucro, pues de esa manera renovaba el vestuario a coste cero”, adujo la juez del caso.
La acusada en todo momento negó los cargos, y durante el juicio alegó que no sabía zurcir ni coser. Pero, como no presenta antecedentes penales, existe la posibilidad de que pueda lograr la suspensión de la pena.
De lo que si puede estar segura, es que no podrá entrar nunca más a los establecimientos de la marca Zara, al menos en España.
Es una pena que Tania le haya prestado atención a la muy usada frase “El crimen no paga”. Si nos metemos en problemas siempre debemos asumir las consecuencias de ello.
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