La princesa Diana de Gales siempre se destacó por ser una madre sencillamente excepcional, dedicada al cuidado de sus hijos Guillermo y William, y pendiente de brindarles una vida lo más normal y cotidiana posible. Y así el mundo la recuerda y la venera por siempre.
Afortunadamente, existen diversos registros fotográficos divertidos y emotivos, que demuestran los innumerables momentos que los pequeños pasaron junto a su madre, en numerosas excursiones y actividades familiares y escolares.
Ahora el mundo tiene su foco en la corona británica tras el reciente fallecimiento de la reina Isabel II. Después de que trascendiera que su último deseo fue que, apenas su hijo fuera coronado como Carlos III, Camila Parker, la duquesa de Cornwall, recibiera el título de reina consorte; muchos se han mostrado indignados por tal nombramiento, porque piensan que simplemente no lo merece.
«Siempre habrá una reina, y es Lady Diana», «Camila siempre será la otra», «Nadie la quiere y peor como reina, fue la causante de la desgracia que le pasó a la princesa Diana», «Nunca una amante podrá ocupar el lugar de la esposa», fueron algunas de las críticas sobre la duquesa de Cornwall, ahora la reina consorte.
Por eso, recordar lo que significó Lady Di para la Corona y para el mundo, parece ahora cobrar todo el sentido.
Hubo un día en que la princesa Diana rompió todos los protocolos reales solo por amor a su hijo Harry
A la princesa de Gales no le importó saltarse algunas normas protocolarias para ayudar a sus hijos en unas jornadas especiales que organizaba su escuela anualmente.
Durante uno de los días deportivos, en el año 1991, cuando el pequeño Harry tenía apenas 7 años, y su madre, 30; los alumnos debían realizar una serie de ejercicios para convertirse en los vencedores de la competición.
No obstante, el príncipe Harry fue superado por alguno de sus compañeros de clase durante una carrera de sacos.
Ante la tristeza de su hijo, la princesa Diana no pudo quedarse de brazos cruzados, y sin dudarlo un segundo, se lanzó a la pista, como si fuera una «plebeya» más y tal como lo hicieron el resto de las madres.
La madre de Guillermo y Harry, que aplaudió como una auténtica aficionada cuando el más pequeño de sus hijos acabó la carrera, pero de inmediato se deshizo de sus zapatos, y se puso en la línea de salida para correr junto a las otras madres de la escuela Wetherby.
Con una actitud más que competitiva, como toda una leona defendiendo lo que más ama, la princesa Diana protagonizó una de las escenas más inusuales -y por supuesto, «mal vistas» por irse en contra de todos los protocolos reales– en la historia de la familia real británica.
Era más que evidente que Lady Di no tenía previsto participar de ese modo, puesto que vistió para la ocasión un sweater negro y una falda plisada vaporosa.
Pero, su elegante atuendo no le impidió dar lo mejor como madre en la competición. Una vez se indicó el comienzo de la carrera, la entonces esposa del príncipe Carlos, se lanzó hacia la meta.
Cabe recordar que solo un año después de este emotivo momento mostrando su mejor faceta de madre y mujer, en 1992 Carlos y Diana se separarían tras la ola de escándalos por la infidelidad del hijo de la reina Isabel con Camila Parker.
Lamentablemente, a pesar de todo el entusiasmo que puso Diana para que su hijo Harry ese día se sintiera orgulloso de ella, no consiguió la ansiada victoria. Se quedó un segundo más atrás de la madre que sí consiguió llegar primera a la meta.
Pero, eso no era importante para Lady Di. Tras recuperar el aliento por el cansancio, no pudo evitar reírse a carcajadas, dejando en los corazones de William y Harry el mejor recuerdo por siempre, de que una madre hace eso y más por amor a sus hijos.
El mejor legado que Diana pudo dejarle a sus hijos, definitivamente fue sus valores y principios, pero también la naturalidad y espontaneidad en todos los planes que hacían con ella, sin importarle el acecho de la prensa.
Lady Di fue más que una princesa de la realeza británica, fue un icono, la nuera que toda Gran Bretaña defendió y que jamás mereció tan trágico final. Esperamos que siga inspirando a sus hijos a recorrer sus pasos.