El abuso de sustancias estupefacientes puede ser devastador para la juventud; su nefasto impacto afecta física, psicológica y socialmente a quien la consume. Algunos no viven para contarlo, pero un joven estadounidense demostró con imágenes sorprendentes que sí se puede y cómo lo logró.
Travis Robinson es un joven que vive en el sur de California que comenzó a experimentar con estas sustancias buscando una forma de evadir la realidad, pero jamás se imaginó lo difícil que sería poder revertir el funesto camino andado, y los efectos en su persona.
Se convirtió en un adicto a los opiáceos y benzodiacepinas, su errático comportamiento hizo que dejara todo lo que antes le interesaba. Para Travis todos los días eran iguales, ya nada le interesaba y sus amigos no quisieron seguir a su lado.
«Una vez que vi a todos mis amigos de mi edad comenzar a graduarse de la universidad y cosas así, me hizo sentir como un perdedor, así que necesitaba cambiar», reconoció Travis.
Pero un día sintió que tocó fondo y tomó la acertada decisión de ingresar a una institución de rehabilitación. Sabía que no sería nada fácil, pero estaba dispuesto a poner todo su empeño, no quería ver en su espejo el reflejo de lo que se había convertido.
«Quería estar libre porque no estaba haciendo nada con mi vida, simplemente estaba sentado en la habitación de la casa de mi abuela, sin tener que pagar el alquiler o realmente tener responsabilidades», dijo el joven.
Estaba claro que su experiencia podía ayudar a otros jóvenes que estuvieran pasando por el mismo problema. Cuando cumplió su proceso de desintoxicación utilizó la aplicación “Estoy sobrio” para que todos pudieran conocer su caso, y vieran el cambio que había experimentado.
Compartió en sus redes sociales las fotos de cómo estaba antes y después de su recuperación. Parecían dos personas distintas, se le veía la piel muy descuidada y el rostro muy demacrado; pero las fotos actuales muestran a un Travis fresco y lleno de vida.
«Es realmente increíble que haya pasado de lucir así todos los días, a tener una vida verdaderamente feliz y amorosa», agregó el feliz Travis.
Ahora le ve sentido a su vida, se siente alegre y satisfecho de haber dejado atrás su adicción, y está retomando el control. Ha aprendido a valorar cada día, y se empeña en mantenerse como hasta ahora, apartado de lo que tanto daño le causó.
«Incluso tengo un trabajo de tiempo completo que amo absolutamente. La vida es realmente asombrosa», expresó con alegría el joven.
Ya han pasado casi dos años desde que este joven terminó su rehabilitación, y aunque fue un largo y duro camino sabe que valió la pena y no cambia por nada lo que es hoy en día.
No dejes de compartir con tus amigos la hermosa historia de la vuelta de Travis a la vida.