Conforme los niños crecen, se vuelven un poco más exigentes y los padres poco a poco tratan de decirles que no a sus caprichos; sin embargo, cuando un niño atraviesa por una dolorosa enfermedad, nos desvivimos por complacerlos en todo. Es una manera de poder aliviar en algo sus sufrimientos, que ya son bastantes. Pero lo que no te puedes esperar es que personas ajenas a su familia se desvivan por acceder a sus peticiones, sabiendo que para ellos es su mundo.
Es lo que sucedió con Jackson Mckie, un niño de 8 años, que tenía que ser intervenido quirúrgicamente debido a una hidrocefalia. Necesitaba una válvula en el cerebro que le ayudara a regular el líquido cefalorraquídeo, para lo cual se pondría en manos del doctor Dr. Daniel McNeely.
Como suele suceder con todos los pacientes, Jackson estaba muy nervioso antes de la cirugía; para sentirse mejor, su mejor e incondicional amigo, su osito de peluche llamado «Pequeño», estuvo a su lado en los momentos previos a ser intervenido.
Pero al parecer para Jackson no era sufciente, así que se le ocurrió hacerle la más peculiar y adorable petición al Dr. McNeely.
Jackon, con la inocencia y sencillez que caracteriza a un niño de 8 años, le pidió al médico que operara también a «Pequeño».
Sus padres pensaron que ya hacía bastante con escucharlo, pero para su asombro el Dr. McNeely se conmovió tanto con la inocente petición de Jackson que con toda la seriedad del caso, accedió a hacerlo. Eso sí, primero atendería al paciente de mayor gravedad, Jackson, para después pasar a la cirugía menor de «Pequeño».
Y así lo dio a conocer el neurocirujano en su cuenta de Twitter a través de una emotiva publicación:
«Un paciente me pidió si también podía operar a su osito de peluche justo antes de hacerlo dormir… ¿Cómo podía decirle que no?»
McNeely compartió además tiernas imágenes suyas en la mesa de operaciones junto a su particular paciente peludo.
La publicación se volvió viral en la red, teniendo casi 20,000 retuits y más de 40,000 «me gusta»
El prestigioso neurocirujano diagnosticó a “Pequeño” con una rasgadura debajo de su brazo y procedió a operarlo tal como le había prometido a Jackson.
“Siempre sobran algunos puntos de la intervención y suelen descartarse”, dijo con total seriedad McNeely a los medios.
Después de que Jackson despertó de la cirugía, no podía creer cuando vio a su amigo convaleciente a su lado, igual que él.
Actualmente ambos se recuperan de su delicada intervención, pero Jackson reconoce que «Pequeño» tiene peor carácter y no es tan buen paciente como él.
Es maravilloso que existan seres verdaderamente humanos como el Dr. McNeely, que empatizan tanto con sus pacientes sabiendo que cada gesto por más pequeño que sea es todo un mundo como lo era para Jackson.
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