Eileen Macken es alguien que creció sin saber qué se sentía contar con el calor de una madre, de un padre o el de unos hermanos. Eileen creció en un orfanato llamado Kirwan House.
Cuando cumplió los 19 años decidió que era hora de rastrear a su madre biológica y conseguir una respuesta a las preguntas que se había formulado durante tantos años, pero no sería tarea sencilla. La búsqueda le tomó a Eileen más de 60 años y todos sus conocidos le decían una y otra vez que ya no tenía caso seguir buscando a su madre biológica.
“Les pedía que se pusieran en mis zapatos y entendieran lo sola que me encontraba”.
Para la sorpresa de muchos, cuando Eileen ya había cumplido 81 años logró dar con los datos de su madre biológica y lo más impactante era que todavía se encontraba con vida y tenía 103 años.
Eileen vivió toda su vida en la ciudad de Dublin en Irlanda, se casó y formó una familia.
Sin embargo, convertirse en madre despertó muchas más preguntas sobre la familia de la que no sabía nada. Los médicos le preguntaban una y otra vez más datos sobre sus antecedentes familiares, pero Eileen no lograba dar respuesta a cosas que para cualquier otra persona resultarían tan sencillas.
“Los doctores no entendían por qué yo no sabía esto o aquello. Una vez me molesté un poco y les dije: ‘Porque soy huérfana. No sé nada, absolutamente nada’”.
Eileen vivió durante muchos años muy feliz con su familia pero jamás dejó de buscar a su madre. El año pasado contrató a una genetista que le realizó varias pruebas de ADN y logró dar con el paradero de su madre justo cuando ya todos comenzaban a perder las esperanzas.
“Cuando me dijeron que estaba viva no lo podía creer. Quiero conocerla”.
Lamentablemente, Eileen se acaba de operar de un ojo y no puede viajar todavía. Por su edad, su madre tampoco puede recorrer largas distancias pero ambas han logrado hablar por teléfono y se encuentran ansiosas por reencontrarse.
“Hablé un poco con ella por teléfono pero no me podía escuchar. Se parece un poco a mí. Yo sólo escucho bien por un oído”.
Esperamos que después de tantos años madre e hija logren finalmente reencontrarse. Todos estos años de búsqueda de Eileen demuestran la importancia de nunca rendirse.
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