Los bomberos son servidores de su comunidad, por esa razón cuando los miembros de la Brigada de Bomberos Voluntarios de Joinville, Brasil, recibieron la llamada para un rescate poco común no pudieron negarse. Se trataba del mejor amigo de un joven con discapacidad que se había caído de un tercer piso y estaba en severos aprietos.
El nombre del accidentado es Nico pero su naturaleza no es para nada común. Nico es el muñeco de Sergio Da Silva, un hombre de 49 años con discapacidad intelectual debido a la falta de oxígeno durante su nacimiento.
Aunque Sergio luzca como el de un adulto, en realidad es un niño de 6 años.
Los bomberos José Custódio Farías, Pedro Fleith, Heveraldo Barbosa dos Santos y Valdecir Preusser, atendieron la llamada de emergencia el domingo 24 de mayo. Aunque el caso era poco común, conmovidos con la historia no dudaron en trasladarse al centro de Joinville para ayudar a Sergio.
El niño hace todo con su muñeco por eso cuando está cayó del tercer piso y quedó atrapado en el techo del garaje del edificio, la hermana Solange da Silva quiso rescatarlo pero sin ningún éxito.
El accidente ocurrió el sábado en la noche pero todavía el domingo temprano, Sergio seguía llorando por su muñeco.
No hubo más opción que llamar al departamento de Bomberos para que fuesen al rescate de Nico, aunque todos dudaban que la llamada fuese tomada en serio.
“Seguía yendo al balcón y mirando al muñeco allí abajo, y estaba llorando y hablando con él. No sabíamos qué más hacer, excepto llamar a los bomberos para que nos ayudaran”, dijo la hermana.
Por fortuna, el Departamento aceptó ayudar al niño y los bomberos entraron en acción, aunque el rescate no fue sencillo. Al principio creyeron que el muñeco estaba sobre el techo de una casa, pero al ver que se trataba del estacionamiento de un edificio todo cambió.
Nico estaba muy lejos del alcance de los bomberos quienes intentaron atraparlo desde la ventana de un apartamento y tampoco podían subir al techo pues corrían el riesgo de que se desplomara.
Tras horas y varios intentos lograron rescatar a Nico, gracias a un arco improvisado que lanzaron hasta el techo en repetidas ocasiones hasta dar con él.
“Tratamos de precisarlo, pensamos en otras ideas, pero nada funcionaba. Fue improvisado, no había otra forma de hacerlo”, recordó el rescatista José Custódio Farías.
La angustia de Sergio terminó gracias a estos valerosos hombres que se unieron para rescatar no sólo a Nico sino la inocencia de este niño. Comparte esta emotiva historia y envíale tu agradecimiento a estos bomberos.