Cuando Easton fue rescatado por los servicios sociales fue diagnosticado con desnutrición, tenía fallo orgánico en el crecimiento, podía aumentar de talla y peso, pero no había sido alimentado.
El bebé estaba demacrado, débil y con mirada triste. Su piel tenía una tonalidad de color azul, era muy frágil. Quienes lo vieron lamentaron su condición y dijeron que el pobre parecía un extraterrestre por la apariencia de su cabeza y de su rostro.
Durante una visita a la casa de los padres biológicos del niño de dos meses de nacido, una enfermera lo encontró con ropa sucia, sin alimentarse y cubierto de pelos de perro y gato. Así que llamó a las autoridades y un agente sacó ese mismo día de la vivienda al menor y comenzó una investigación sobre su caso.
“El bebé no lloró ni una sola vez. Ni una sola vez se despertó para comer. No podía”, dijo la enfermera, quien resaltó que cuando los bebés no son atendidos, dejan de llorar porque pierden incluso la sensación de hambre.
El pequeño Easton se había rendido, pensaba que jamás podría recibir de nuevo la atención de quienes velaran por su salud y bienestar mientras era tan vulnerable y dependiente.
Eric y LeAnne Stadler contrajeron matrimonio en 1996 y tuvieron dos hijos, durante años tuvieron una vida normal y feliz hasta que un programa de radio que escucharon tocó las fibras de su corazón.
Ambos terminaron muy conmovidos al conocer en el programa la dramática situación de muchos niños que eran víctimas de negligencia y tratos injustos.
“Eric sintió en su corazón que debíamos tener otro bebé”, escribió LeAnne.
Se mudaron a una casa más amplia y notaron que había espacio en su vivienda y en sus corazones para recibir a otro hijo, los padres de LeAnne habían sido padres de acogida de varios niños y ella había visto de cerca las implicaciones de eso, pero sentía la necesidad de hacerlo.
“Descubrimos que había muchos más niños en el sistema que padres adoptivos para cuidarlos”, dijo ella.
Hicieron cursos y se convirtieron en padres de acogida con licencia para adoptar en el 2014, después de tres años recibieron una llamada de los servicios sociales en la que les hablaron de Easton.
Aceptaron de inmediato la petición de cuidarlo, Easton era un bebé muy sereno, rápidamente aumentó de peso, pero LeAnne notaba que algo estaba mal en él.
“Era como un muñeco de trapo, tenía un vacío detrás de los ojos”, relató.
A través de una resonancia magnética los médicos comprobaron que tenía un traumatismo craneal no accidental y síndrome del bebé sacudido.
En el interrogatorio que le hicieron las autoridades al padre biológico de Easton él confesó que lo sacudió y lo arrojó al sofá. Ni él, ni la madre del niño llamaron a emergencias ni buscaron atención médica. El padre biológico de Easton fue condenado a cuatro años de cárcel.
Como los padres biológicos del niño apelaban a la reunificación familiar que ofrece el estado, el bebé siguió haciéndoles visitas y sufría estrés postraumático.
Afortunadamente, después de la sentencia, permaneció siempre con sus padres de acogida, se está recuperando y asiste a terapias físicas y de lenguaje.
A Easton le diagnosticaron parálisis cerebral hipotónica, disfagia (dificultad para tragar) y dispraxia (un trastorno del habla), pero a pesar de las dificultades de su condición ha salido adelante. A los dos años comenzó a aprender a caminar gracias a un aparato ortopédico.
“No es capaz de seguir al mismo ritmo que los otros niños de su edad, pero es feliz. No ve sus diferencias y no deja que lo detengan”, dijo LeAnne.
LeAnne y Eric celebran que finalmente los tribunales de Ohio decidieron que el condado tomara la custodia permanente de Easton pudiendo estar legalmente listo para ser adoptado.
Así que la pareja no dudó en convertirse en los padres adoptivos del niño que habían acogido cuando apenas era un bebé de dos meses.
El tramite de la adopción finalizó justo antes de celebrar el tercer cumpleaños de Easton.
“Todos han compartido con nosotros la alegría de verlo tan recuperado, nunca imaginamos que estaría en el punto en el que está hoy. Ha superado con creces sus expectativas. El amor y la nutrición pueden cambiar una vida”, dijo la madre.
Ellos le regalaron a este niño la oportunidad de cambiar su destino y ser tan feliz como se merece creciendo en un entorno adecuado, rodeado de amor y protección. Comparte esta historia.