Diana de Gales, conocida como “la princesa de corazones” cautivó a millones de personas en todo el mundo con su sencillez y su capacidad para romper los estereotipos de la realeza británica. Ella se caracterizó por dedicarse a hacer obras de caridad y promover la igualdad, el respeto, solidaridad.
No era un secreto para nadie el sufrimiento que le causó el acecho de los medios de comunicación, los paparazzi la perseguían porque a través de una imagen suya obtenían mucho dinero.
El 31 de agosto de 1997 la princesa Diana de Gales perdió la vida en un accidente de tránsito en París, el auto en el que viajaba con su pareja Dodi Al-Fayed, el hijo del multimillonario egipcio Mohamed Al-Fayed, quien también falleció igual que el conductor del vehículo Henri Paul. El guardaespaldas de Al-Fayed, Trevor Rees fue el único sobreviviente.
Xavier Gourmelon fue uno de los rescatistas, era el bombero oficial de guardia, que acudió al lugar donde se produjo el accidente en el túnel de Pont de l’Alma en París mientras circulaba a 245 k/h.
El bombero, que actualmente tiene 50 años, fue quien atendió a Diana y reveló las últimas palabras que dijo, así como los detalles de aquella escena.
Dos décadas después del accidente él ofreció una entrevista para relatar su experiencia ese 31 de agosto de 1997, aseguró que inicialmente no sabía que la princesa Diana iba a bordo del vehículo.
“Estábamos muy cerca del lugar, en menos de tres minutos llegamos al lugar. Mi equipo de diez hombres estaba distribuido en tres camiones, fuimos los primeros en llegar. El auto estaba completamente destrozado, actuamos como en cualquier siniestro vial, nos preocupamos por ver el estado de los pasajeros”, relató él.
Explicó que Diana le dijo: “Dios mío, ¿qué ha pasado?”, en ese entonces Xavier no sabía quién era ella, la había encontrado en el suelo de la parte trasera del auto.
Esas fueron las cuatro últimas palabras de Diana de Gales.
“Se movía muy lentamente, pero pude comprobar que seguía con vida, noté que tenía una pequeña lesión en el hombro derecho, pero, además de eso, no había nada significativo. No sangraba en lo absoluto”, relató el bombero.
“Le cogí la mano y le dije que mantuviera la calma, que estuviese tranquila que yo estaba allí para ayudarla y tranquilizarla. Le di algo de oxígeno y mi equipo y yo nos quedamos junto a ella cuando intentaban sacarla del auto. Fue muy rápido, no tuvimos que cortar nada”, dijo Xavier.
“Pocos minutos después, la princesa Diana dejó de respirar, todos estamos preparados para aplicar técnicas de primeros auxilios, vi que ella sufrió un paro cardíaco y dejó de respirar”, agregó.
El bombero le dio un masaje cardíaco y logró reanimarla, se sintió aliviado al poder haber salvado su vida. Fue trasladada en la ambulancia con signos vitales.
Cuando se disponían a llevarla al hospital un médico le dijo a Xavier que la mujer que atendió era la princesa Diana de Gales. El guardaespaldas estaba consciente, pero atrapado en el auto con severas lesiones en su rostro, preguntaba con frecuencia por la princesa Diana.
“Pensé que saldría adelante, esperaba que sobreviviera, pero más tarde supe que había fallecido en el hospital. Me sentí realmente mal, sé que sufrió varias lesiones internas. El recuerdo de esa noche se quedará conmigo para siempre”, dijo el rescatista.
Mientras fue bombero no podía infringir las normas y ofrecer declaraciones respecto a ese rescate, pero 21 años después cuando ya no ejercía en la institución decidió que había llegado el momento.
Han surgido muchas hipótesis sobre el accidente que conmovió al mundo entero. El legado de Lady Di prevalecerá por siempre, comparte el testimonio del rescatista que acompañó a la princesa en sus últimos momentos.