A casi todos nos gusta desconectarnos de nuestra rutina diaria y salir con los amigos a por un par de tragos. En la mayoría de los casos, la cantidad de estos aumenta exponencialmente casi sin darnos cuenta, hasta que ya el cuerpo nos avisa que estamos en un aprieto que involucra mareos, pláticas incoherentes y pasos de baile indiscretos.
Dr. Taylor Wallace
Un escenario que podría repetirse constantemente incluso hasta perder el conocimiento. ¿Pero realmente podemos darnos cuenta del daño que estamos haciéndonos? Se sabe que problemas como la cirrosis afectan a la mayoría de los bebedores dedicados; sin embargo, ¿es lo único que sufre en nuestro cuerpo?
Según un estudio reciente publicado en The Lancet Public Health, el cual analizó el comportamiento y la evolución de 31 millones de pacientes en Francia de distintos hospitales en un periodo de 5 años (desde 2008 al 2013) y que se encargó de tipificar diversas patologías, se determinó que el consumo excesivo de alcohol puede ser perjudicial para los pacientes con problemas de demencia, incluso condicionando su aparición en pacientes sanos.
Del grupo seleccionado para el estudio, un millón de estos pacientes presentaban casos de demencia senil y alzheimer demostrando que aproximadamente 57.000 de estos pacientes habían desarrollado más rápido su enfermedad a causa de excesos con el consumo de alcohol.
Existe una diferencia significativa al evaluar las cifras por género, siendo un 64.9% de los casos hombres y un 35.1% mujeres. Según la Organización Mundial de la Salud, la medida segura de alcohol establecida son 60 gramos para los hombres y 40 gramos para las mujeres.
A pesar de esto, los casos en los que los pacientes mantenían su estado de sobriedad o bebían esporádicamente no presentaron un aumento significativo en los niveles de riesgo senil.
El Dr. Rehm, miembro del equipo de investigación responsable por la investigación, aseguró que la dependencia al alcohol puede acortar de manera importante la vida en un paciente en más de 20 años.
The Journal / The Guardian
Este estudio demuestra la importancia que ha de significar la campaña contra el uso desmedido del alcohol que, además de causar problemas al hígado, aumenta la presión sanguínea, aumenta los riesgos de infarto, deteriora los riñones, genera depresión, entre otras afecciones dentro de las cuales ahora podemos incluir el aceleramiento de lesiones irreversibles en el cerebro.
Así que no hay nada de malo si se quiere compartir un momento de calidad en buena compañía, siempre y cuando se haga con responsabilidad y consciencia.
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