Los científicos trabajan arduamente por encontrar la vacuna contra el virus que hasta la fecha ha matado a 564 personas en China pero entre sus esfuerzos han hecho otro descubrimiento.
Desde hace unas semanas se hablaba de la posibilidad de que el coronavirus haya sido transmitido por murciélagos y ahora la sospecha es todo un hecho.
Un grupo de científicos en Wuhan analizaron muestras tomadas de siete pacientes con coronavirus y encontraron un 96% de similitud en el ADN del virus con un coronavirus en murciélagos.
Aunque los científicos enfatizan que la fuente animal del brote reciente en China aún no se ha declarado de forma oficial, los expertos han confirmado que un mercado mayorista de animales en la ciudad de Wuhan es el responsable de la epidemia.
En este mercado se encontraban disponibles koalas, ratas, cachorros de lobos, serpientes, murciélagos y otros animales para el consumo humano.
Investigadores de la Universidad de Pekín implicaron a las serpientes como el ‘reservorio’ más probable del virus de rápida propagación.
Sin embargo, las probabilidades son mucho más bajas de la coincidencia genética que se encontró con los murciélagos infectados con coronavirus animal.
El mercado de mariscos de Wuhan era un punto de referencia entre los lugareños y turistas curiosos que podían conseguir carne tibia para complacer sus exóticos paladares, ya que las criaturas eran sacrificadas ante los ojos del cliente.
Este descubrimiento es de suma importancia para la comunidad científica y el mundo entero pues sugiere la posibilidad de que la vacuna existente contra el coronavirus animal pueda tener efectos favorables en los humanos.
No obstante, aún quedan investigaciones por hacer antes de que se hable con certeza de una posible vacuna.
Zheng-Li Shi, virólogo e investigador del Instituto de Virología de Wuhan, fue uno de los científicos encargados de este importante hallazgo y reveló que entre los pacientes que sirvieron de prueba estaban 6 trabajadores del mercado de Wuhan.
Cinco de ellos mostraron una coincidencia genética de casi un %100 con el TG13, un coronavirus en murciélagos, lo cual sugiere la evidencia probable de que sean estos animales la fuente del coronavirus ahora mutado en los seres humanos.
Este salto entre especies es raro y hace que el virus sea zoonótico, capaz de infectar diferentes especies. Aunque los murciélagos no se ven afectados por los patógenos en el torrente sanguíneo, en el caso de las personas sí pues no tienen protección contra los virus.
El coronavirus era ajeno para nuestro sistema inmunitario y una vez logró hospedarse en un humano su propagación se hizo sencilla, al transmitirse de persona a persona con sólo toser o estornudar.
Los investigadores han aclarado que existen diferencias entre el coronavirus de Wuhan y SARS pero sus estructuras son muy similares y esto facilitara su estudio. Aunque a los científicos aún les falta camino por recorrer para detener esta epidemia, este hallazgo es trascendental para la humanidad, sobre todo después del caso de una mujer de 73 y una niña de 4 años que sobrevivieron al coronavirus.
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