Cuando se vive en pareja, la confianza, el apoyo y la solidaridad deberían ser pilares en la misma. No siempre es así, y lo sabe por experiencia propia una mujer colombiana, a quien su pareja la dejó endeudada, y su vida corre peligro si no paga las cantidades diarias que le exigen los acreedores.
Nancy Ester Ariza Escorcia de 61 años vive en la carrera 15 A #74-06 en el barrio Los Cedros de Soledad, con su hija, Luz Darys Ariza de 36 años y las dos hijas de esta, de tres y cuatro años.
Su esposo César Orlando Almeida Paredes de 61 años, vivía con ellas, pero un día desapareció sin avisar; y lo peor de todo, la dejó inundada de deudas.
El hombre con quien se casó hacia tres años y medio, tenía un pequeño negocio de venta de frutas, para tener mercancía usaba préstamos de los llamados “gota gota” o “cobradiarios”, usureros que prestan dinero sin aval, a altísimas tasas de interés que cobran diariamente.
“Aquí él tenía una frutería. Él iba pidiendo prestado dinero para surtir, pero decía que era poco y que después iba a salir de eso, que lo que debía eran pequeñeces y no tenía que preocuparme”, explicó la mujer.
Pero, Nancy empezó a descubrir una a una las 45 tarjetas de cobradiarios que había dejado el hombre, y al menos 20 personas venían a su casa a cobrar. Le exigen que les pague 88 dólares diarios en deudas contraídas por su esposo.
Con su humilde negocio de venta de jugos que apenas le aporta de 6 a 8 dólares de ganancia, no podrá cubrir la abultada deuda nunca.
La han ofendido verbalmente, y la han amenazado. En una ocasión rompieron la puerta de su casa y se llevaron sus cosas de valor.
“Hace aproximadamente una semana llegó un hombre en estado de ebriedad y le dijo a mi mamá: ‘bueno, dame el televisor’, y hasta le forzó la puerta para entrar. La verdad que lo único que no se han llevado es la lavadora porque me tocó esconderla en la casa de un vecino”, contó la hija.
Con los días los vecinos le dijeron a Nancy que a ellos también les debía dinero.
“Les debe a los vecinos también. De la casa tienen la escritura y una letra en blanco firmada por mí, ese sinvergüenza me la hizo firmar”, contó entre el llanto la mujer”, dijo la mujer.
Nancy pide ayuda a las autoridades en vista de lo complicado de su caso. Teme por su vida y la de su familia.
Por más que intenta no puede pagar la deuda
“Lo más oportuno en el caso de Nancy y su hija es lograr la denuncia por amenazas para otorgarles protección de la Policía y, en lo posible, proceder con una investigación, captura y judicialización de los individuos”, dijo el teniente coronel Carlos Andrés Tique, comandante del distrito seis de la Policía en Soledad.
Esperemos que esta mujer pueda recibir el apoyo que requiere de las autoridades para poder resolver tan peligrosa problemática.
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