El COVID-19 ha despertado a nivel mundial un temor al contagio que llega a los límites de la paranoia. El personal sanitario se ha visto afectado por ello, como ocurrió con un grupo de enfermeras en México quienes han vivido el inmerecido rechazo y discriminación de algunos.
Si bien es cierto que todos estamos propensos a ser infectados; de no cumplir las medidas mínimas establecidas, no se puede negar que los médicos, enfermeras y quienes trabajan directamente en la atención y cuidados de los infectados pueden tener mayor riesgo.
Pero tampoco se debe olvidar que son seres humanos como cualquier otro; que viven, tienen familias y también necesidades que satisfacer. En la colonia Oblatos, Guadalajara, Jalisco se vivió una situación injusta e inhumana hacia seis enfermeras; por el hecho de estar identificadas con su uniforme de trabajo.
Las abnegadas trabajadoras de la salud salían de la clínica 110 del IMSS, lugar donde el pasado fin de semana ocurrió el primer deceso en la ciudad por contagio del COVID-19.
Cuando se disponían a tomar el transporte para dirigirse a sus respectivos hogares, personas de la comunidad no les permitieron acceder a las unidades. No se trata solamente del servicio de transporte público sino también del privado, llegándose inclusive a agresiones directas hacia su integridad física.
De inmediato la presidenta ejecutiva de la Comisión Interinstitucional de Enfermeras de Jalisco, Edith Mujica Chávez, hizo un llamado a las autoridades competentes para que tomaran cartas en el asunto.
“Entendemos que la ciudadanía está nerviosa por la situación, pero por el sólo hecho de ver con uniforme a algunas de mis compañeras no les permiten subir al autobús y si se logran subir la gente se retira de ellas; a algunas compañeras no les han permitido subir al vehículo o incluso las han bajado, de hecho, a una compañera la bañaron con agua con cloro”, dijo Mujica Chávez.
La representante gremial dejó en claro que son responsables en el cumplimiento de su deber, y apegadas a la ética profesional que siempre las ha caracterizado.
“Nosotras estamos para servir a la sociedad, somos un gremio que ante cualquier contingencia estamos cerca de los ciudadanos, no somos un peligro, por el contrario, nunca dejamos solos a nuestros pacientes porque somos profesionales, tenemos una ética”, indicó la presidenta.
En un oficio emitido al gobernador del estado, Enrique Alfaro y al secretario de salud en la entidad, Fernando Petersen, les solicitó de manera clara y contundente que debían actuar para que cesaran tales conductas hostiles hacia las enfermeras.
Aprovechó la ocasión para solicitar los recursos que necesitan para poder seguir enfrentando la grave situación que están viviendo con la pandemia, y poder seguir cumpliendo su trabajo.
La publicación fue compartida en las redes sociales, y los internautas no demoraron en solidarizarse con las enfermeras, y rechazar contundentemente las conductas abusivas.
“¡Definitivamente están muy mal! Al contrario, debemos de cuidar a nuestros profesionales de la salud, si no, ¿quién va a cuidar de nosotros?”, expresó un preocupado usuario.
Ahora más que nunca todos debemos estar unidos para enfrentar la pandemia, y apoyar a quienes están arriesgando su propia vida para preservar las de otros.
Comparte este caso con todos tus amigos, y valoremos el loable esfuerzo que hace el personal médico en el mundo entero.