A raíz de la pandemia, la educación a distancia se perfiló como la mejor manera de seguir educando a niños y a jóvenes durante la coyuntura de salubridad que atraviesa el mundo. No obstante este método educativo no es ni el más justo, ni el más cómodo para algunos.
Muchos niños no tienen acceso a Internet o simplemente no cuentan con aparatos tecnológicos para conectarse a sus clases y la situación de una joven familia mexicana así lo demuestra.
La joven madre y sus pequeños niños, quienes parecen estar entre los 6 y 8 años, deben acudir a un punto de Internet gratuito en Iztacalco, México, para poder cumplir con sus labores escolares.
La realidad de esta familia fue expuesta en redes sociales, después de que un usuario decidiera compartir una fotografía de los tres sentados en plena vía pública.
Así capturaron a esta familia en una situación que se ha vuelto cotidiana para ellos.
En la imagen se observa a la mujer con un teléfono en la mano ayudando a sus hijos con las labores escolares. En una segunda imagen, los niños están sentados a su lado, sobre el pavimento y con sus cuadernos entre las piernas. Este no es un modo para nada adecuado ni seguro para educarse, pero la familia sólo intenta formarse y hacer lo mejor.
Las nuevas medidas tomadas contra el COVID-19 prohíben a los chicos tomar sus clases regulares y ahora son parte del programa “Aprende en Casa II”, impulsado por el ministerio de educación mexicano. En este caso, ese nombre está más que lejano para los niños que deben dejar la comodidad y seguridad del hogar y hacer sus deberes en plena calle.
La página que compartió las imágenes aprovechó para criticar a los políticos del país.
De inmediato, la publicación se hizo viral y por medio de los comentarios de los propios usuarios se supo que la joven se dedica a cuidar automóviles en la calle. Normalmente puede vérsele entre el sector del Añil y Cafeta cumpliendo con su labor junto a sus pequeños que con dedicación intentan cumplir con sus asignaciones escolares.
Sin duda esta familia es un claro ejemplo de resilencia. No importan las circunstancias y adversidades, ellos luchan por salir adelante. Aún así, continúa siendo injusto que los pequeños deban estudiar de este modo y bajo la exposición constante al posible contagio.
Las personas han querido hacer esta historia viral para que alguna organización, ente gubernamental o buen samaritano se anime a ayudar a los niños y que no deban estudiar más bajo esas condiciones. Esperamos pronto surja alguien que pueda apoyarlos.
Sin duda no todos gozan de los mismos privilegios, comparte esta historia y multipliquemos la posibilidad de que la ayuda llegue hasta ellos.