La rápida propagación del coronavirus ha afectado la vida de todos. Países de todo el mundo han tomado medidas de aislamiento social en un desesperado intento de mantener bajo control la curva de contagios. Muchos han tomado todas las preventivas posibles, pero de alguna manera u otra comienzan a mostrar los síntomas del COVID- 19.
Más de 5.3 millones de personas han contraído el virus en todo el mundo.
Jennifer Laubach es una mujer que se encontraba embarazada de gemelos. Sabía que debía protegerse por su propio bien y por el de sus bebés. A pesar de todos sus esfuerzos, Jennifer comenzó a mostrar síntomas leves como tos seca.
Su esposo, Andre Laubach, sufre de asma y los síntomas en él se manifestaron de una manera mucho más severa.
Jennifer quedó embarazada con 36 años de edad.
Cuando cumplió las 32 semanas de embarazo, Jennifer supo que había llegado la hora. Rompió aguas y buscó a su esposo para dirigirse al hospital cuanto antes. Lamentablemente, Andre estaba sufriendo de un ataque de asma y no podía respirar. Se quedó en casa mientras la nerviosa Jeniffer condujo para intentar llegar a tiempo.
La pareja vive en el estado de Michigan en los Estados Unidos.
Mitchell y Maksim nacieron el 23 de abril y fueron ingresados inmediatamente en la unidad de cuidados intensivos. Su madre se encontraba aterrada porque ella y Andre dieron positivo para el coronavirus y su mayor preocupación era que los pequeños se enfermaran.
“Todos debemos tomar la pandemia en serio. No podemos tomar la vida de nuestros seres queridos como algo dado”, dijo Jennifer.
Lo más duro de toda la situación es que los padres fueron ingresados inmediatamente a cuarentena y por medidas de seguridad no podían conocer a sus bebés. Guardaron reposo durante algunas semanas y finalmente cuando dieron negativo para coronavirus, lograron encontrarse con los gemelos.
“Estoy feliz de estar en casa con mi familia pero me duele pensar en todos aquellos que no han logrado tener un final feliz”, reflexiona Jennifer.
El momento fue realmente emotivo. En medio de la incertidumbre que significaba la pandemia y el nacimiento prematuro de los pequeños, era muy difícil para los padres no poder conocer a sus hijos.
Por suerte, todo esto es cosa del pasado. La familia entera se reunió en la sala de cuidados intensivos y compartieron un momento inolvidable.
Los padres pudieron sostener a sus hijos tres semanas después del parto.
Dos días después, Mitchell fue dado de alta y pudo ir casa. El pequeño Maksim necesitará pasar en el hospital una semana más, pero ambos se encuentran fuera de peligro.
Es un verdadero alivio saber que esta hermosa familia haya logrado superar un nacimiento delicado en medio de tiempos tan difíciles. Su historia es una fuente de inspiración.
Este es el tipo de historias que nos demuestra que debemos tener esperanzas y luchar por el bien de nuestros seres queridos. ¡Compártela!