¿Cuántas veces al ver un payaso en la calle o en una fiesta has llegado a pensar que desempeña ese oficio porque no tiene otra opción, o porque no estudió y es la única forma que encontró para ganarse la vida “fácilmente”?
Lo cierto es que, si piensas así estás muy equivocado. Ser payaso no es fácil. Se necesita de mucho ingenio, gracia y valor para hacer reír.
Esto lo sabe muy bien el simpático Raymundín, el personaje de nuestra historia de hoy quien, acostumbrado a ser la sorpresa, esta vez fue él el sorprendido por una de sus queridas hijas vestida con la toga y el birrete de su graduación de Licenciada en Desarrollo Infantil.
Después de su ceremonia de graduación, Consuelo Elizabeth Saldaña Martínez, decidió festejar con su padre -cuyo verdadero nombre es Raymundo Saldaña Casso-, en la gasolinera donde trabaja.
El payasito Raymundín quiso inmortalizar el alegre momento, subiendo un vídeo de 30 segundos de duración donde se observa a Consuelo llegando al sitio de labores de su padre con unos documentos en la mano, para finalmente fundirse en un tierno y profundo abrazo con su progenitor.
“Mi hija se graduó y no pude estar en su ceremonia debido al trabajo, y esto pasó… ¡ah!, pero que tal más tarde, ¿eh?”, escribió Raymundín.
Publiée par Raymundin Cara de Calcetin sur Vendredi 16 août 2019
El emocionado comediante y padre de siete hijos, no pudo ocultar el profundo orgullo que sintió en el encuentro con su hija, hoy profesional.
Aseguró que ese esfuerzo y esa constancia demostrada son la mejor retribución que su amada Consuelo pudo darle después de tantos años de sacrificio.
“Se me hizo un nudo en la garganta, me sentí muy orgulloso por el esfuerzo que hizo mi niña, y todos como familia que somos; valió la pena, una meta más en su vida”, confesó Raymundín.
Reymundin fue el sorprendido
Con una experiencia de 34 años en el mundo de la actuación, Raymundo Saldaña, “Raymundín”, se presenta en fiestas infantiles y anteriormente en un programa de televisión.
Ha sido músico grupero y actualmente, como mencionamos más arriba, labora en una gasolinera de la región de Ciudad Victoria, en México.
La estación de servicio se ha convertido en el sitio obligado para poner combustible y Raymudín, en la sensación de los pequeños de la casa, pero también de los felices padres.
Muchos publican sus fotos al Facebook, ya que el encantador payasito acude todos los días a sus labores vestido con su indumentaria favorita: su uniforme de bombero, la cara pintada y su inmensa nariz colorada.
Sin duda, todos los trabajos son dignos y merecen respeto, detrás de cada persona trabajadora hay un sinfín de sueños e ilusiones que nos motivan día a día, sobre todo cuando se tiene una familia a quien cuidar.
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