Después de que cientos de vecinos mostraran su indignación, pero también su solidaridad con la familia de Fátima, la pequeña mexicana de 7 años, que pagó con su vida, la maldad y la prodedumbre del corazón humano; la mañana de hoy, la comunidad entera de Xochimilco, se unió para rendirle el último y desgarrador adiós a la pequeña, que no merecía morir así.
Escenas de desolación y dolor se vivieron mientras despedían a Fátima con mariachis, globos, flores y peluches.
El féretro de la inocente criatura era una caja pequeña, color blanco, puro como su alma, de esas que no deberían diseñarse jamás. Una tumba para una niña de 7 años, que dejó a sus padres, abuelos y a su familia entera en medio de un dolor para el que no existen palabras.
El ataúd de Fátima está cubierto con una tela blanca con volantes de puntilla. El lugar, abarrotado; todos se ponen en el lugar de la madre de Fátima, y sienten en lo más profundo de su corazón, las duras palabras que dirige en su despedida:
“Esta vez fue mi hija, pero podría haber sido la de cualquiera de ustedes”.
"Si yo hubiera llegado 10 minutos antes a su escuela, a la hora que ella salía…”. Malena Antón, madre de Fátima, se lamenta por no haber llegado a tiempo a recoger a su hija. Este martes, las autoridades de Ciudad de México informaron que han identificado a la mujer que se llevó a la niña de siete años, así como el domicilio donde presuntamente la retuvo https://bit.ly/2P5PWFX
Publiée par El PAÍS América sur Mardi 18 février 2020
En su cabeza, la madre se maldice mil veces por no haber llegado a tiempo a recoger a su pequeña, el pasado 11 de febrero.
Fueron apenas 10 minutos de retraso, porque según asegura, quería comprarle unos zapatos que Fátima le pidió encarecidamente, ya que los únicos que tenía estaban rotos.
«Si yo hubiera llegado 10 minutos antes a su escuela, a la hora que ella salía…», lamenta entre lágrimas.
En medio de la emotiva música, la fe -que es lo último que se pierde en momentos tan devastadores como estos-, y las infinitas muestras de solidaridad de los vecinos, la pequeña Fátima fue arropada por el cariño y las lágrimas de todos los presentes.
Era una manera de compensar en algo el sufrimiento inmerecido que tuvo que padecer en manos de desalmados que le arrebataron la vida sin compasión.
Sobre el féretro también se podían ver imágenes suyas con ese rostro tan sonriente, lleno de luz e inocencia, propio de una pequeña de 7 años.
A la par que su madre no podía contener las lágrimas de dolor tras saber que en breve tendría que despedirse de su pequeña para siempre.
Entre aplausos, llantos contenidos y un sonoro: «Adiós, Fátima», finalmente todos vieron cómo depositaban el féretro bajo tierra junto a esos globos, flores, fotos y recuerdos, que no son más que el símbolo de la infancia que le fue robada de la manera más estremecedora.
Entierran a la niña brutalmente asesinada en la Ciudad de México
Entierran a la niña brutalmente asesinada en la Ciudad de MéxicoFátima, una niña de siete años de la Ciudad de México cuyo brutal asesinato generó indignación nacional, fue enterrada el pasado 18 de febrero. La pequeña desapareció el pasado 11 de febrero en las puertas de su colegio en la capital mexicana y su cuerpo sin vida fue hallado cinco días después dentro de una bolsa de plástico.
Publiée par RT en Español sur Mercredi 19 février 2020
Enviemos un mensaje de solidaridad a su desolada familia que ya no tiene lágrimas para despedir a su pequeña. Nos queda el consuelo que ahora goza de la paz que siempre mereció. ¡Vuela alto, angelito, donde nadie más pueda hacerte daño!