No es un secreto que el corazón de los más pequeños está lleno bondad, sus nobles sentimientos los motivan a actuar en función de su empatía por los demás.
Según los valores reforzados en casa, desde el ejemplo de sus padres, fortalecen su capacidad de comprender el dolor del otro y prestar a atención a sus necesidades.
Giovanni Sánchez, es un niño de 5 años, que se ha sensibilizado con el dolor de su madre, Elizabeth, quien ha tenido que luchar sola para salir adelante junto a sus cinco hijos enfrentando duras adversidades.
La vida de la mayoría de los niños se centra en su familia, asistir al colegio, hacer actividades extraacadémicas del área que más le guste, jugar y compartir. Pero lamentablemente, algunos tienen preocupaciones más importantes.
Como Giovanni, que a su corta edad y siendo el menor de los cinco hermanos, se angustia porque en su humilde hogar no falten los alimentos.
Desde muy pequeño ha querido trabajar para ayudar a su madre, donde vivían en México, después de visitar la finca de uno de sus tíos, se ofreció a alimentar a las gallinas a cambio de algo de dinero.
Pero cuando se mudaron a Rosarito, en Baja California ya no tenía ningún familiar con gallinas para dedicarse a ese oficio que le gustaba. Notó que uno de sus vecinos tenía un corral y se ofreció a alimentar a los animales tras contarle que necesitaba trabajar.
Estuvo haciéndolo durante un tiempo, hasta que el vecino le dijo que había perdido su trabajo “por levantarse tarde”. Al pequeño Giovanni esto que posiblemente fue dicho sin mala intención, le afectó mucho.
Elizabeth se dedica a limpiar casas, ofrece sus servicios como camarera en eventos, y además trabaja en el comercio informal vendiendo alimentos en un puesto ambulante.
A pesar de buscarse la vida de diversas maneras su presupuesto es muy justo, no recibe apoyo económico del padre de sus hijos, estos no cumplen con su responsabilidad.
Relató en una entrevista que incluso han pasado hambre, Giovanni se lamenta por encontrar el refrigerador de su casa vacío cuando tiene hambre.
“A veces tengo hambre, abro el refrigerador y no hay nada”, dijo el niño.
Ante las dificultades económicas de su casa, Giovanni no pierde la fe, sueña con tener un buen trabajo que le permita ayudar a su madre y a sus hermanos.
Tuvo la idea de participar en un reality show de talento llamado “Pequeños Gigantes”, su madre lo apoyó y fueron al casting. Cuando ella supo que en caso de su hijo quedara seleccionado tendría que pagar los gastos para viajar a las audiciones quiso retirarlo.
Pero no pudo acabar con la ilusión de Giovanni que estaba esperando su turno para sorprender al jurado con su talento.
El pequeño obtuvo el anhelado cupo en el programa, y no estaba dispuesto a renunciar a ese sueño. Habló con Julia, su maestra, y esta organizó una recolecta de dinero para ayudarlo.
Con el apoyo de varios representantes, docentes, y de Elizabeth, vendieron alimentos para recaudar fondos. También rifaron un vestido de gala confeccionado por un diseñador mexicano hasta que finalmente lograron su objetivo.
Giovanni cautivó el corazón de todos en el estudio de televisión, su ternura emocionaba a cualquiera.
Incluso la presentadora del programa rompió en llanto cuando habló sobre su sueño de ayudar a su familia. Ella le contó que el refrigerador de su casa también solía estar vacío cuando era niña, y que se prometió crecer para mantenerlo lleno y lo había logrado.
En el programa dedicaron un segmento para cumplir el deseo de Giovanni, le permitieron hacer una compra en el supermercado para abastecer su casa con alimentos para él y su familia.
El niño nunca podrá olvidar ese momento tan especial, permanece en la casa en la que los aspirantes del reality show ensayan y se preparan para las audiciones.
Una periodista quiso llegar hasta él para grabar una entrevista en la que después de ayudarlo a vencer los nervios a través de un juego, pudo comprobar el gran amor de Giovanni por su familia.
El niño ratificó que lo que más lo motivaba a salir adelante era la felicidad de su madre y de sus hermanos y luchar para que su refrigerador nunca estuviera vacío.
Su testimonio ha servido como inspiración para recordar a las personas la importancia de agradecer cada regalo de la vida, incluso esos que damos por sentado, como tener un techo en el cual protegernos o alimentos suficientes.
Vale la pena compartir la historia de Giovanni, un niño que le regaló una valiosa lección de esperanza, perseverancia y gratitud al mundo.