El príncipe Andrés, el tercer hijo de la reina de Inglaterra, recibió el apodo de “Andresito el cachondo”, y ha protagonizado numerosos escándalos en la opinión pública.
Incluso ha tenido que renunciar a sus funciones en la familia real británica, en los años 80 era admirado por muchos, una de las razones por las que se ganó el estima y reconocimiento de la comunidad fue su participación en la guerra de las Malvinas en 1982.
Después de eso, regresó a Buckingham convertido en un gran héroe militar, los medios de comunicación reseñaban también que era un sex symbol. Él se sentía impune por ser miembro de la familia real.
Pero ahora, los medios aseguran que Andrés ha echado por un precipicio su reputación.
Las imágenes que han salido a la luz en las que se ve al príncipe paseando junto a su amigo, el empresario Jeffrey Epstein, quien fue acusado de graves delitos, han causado indignación.
Epstein se quitó la vida el año pasado al no poder soportar las consecuencias de sus actos contra menores de edad.
En otras fotos, Andrés aparece junto a Virginia Roberts, una mujer que asegura que fue víctima de Epstein.
Después del fallecimiento de Epstein, Andrés ha salido con numerosas mujeres que señalan que él participó en los delitos de su amigo que fue condenado a 7 meses de cárcel en 2018.
El príncipe Andrés ofreció una entrevista a la cadena de noticias BBC para combatir los rumores que salían en diversos medios de comunicación acusándolo. Pero fue contraproducente, no logró aclarar las duras sobre su implicación en tantos escándalos.
Andrés de Inglaterra empezó un noviazgo con la actriz Koo Stark tras conocerla en una cita a ciegas en 1981, mantuvieron una relación durante un año y medio.
El príncipe estaba dispuesto a contraer matrimonio con ella y los biógrafos de Windsor afirmaron que la reina Isabel II incluso lo habría apoyado.
Parecía que todo marchaba bien, hasta que se filtraron unas imágenes de Stark en topless que causaron indignación en el Palacio.
Además, la reina supo que la mujer que posiblemente sería su nuera habría grabado una película con escenas subidas de tono.
Cinco años después se anunció la boda del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, contrajeron matrimonio el mes de julio y tuvieron dos hijas, Eugenia y Beatriz.
Había transcurrido poco tiempo desde el matrimonio hasta que salieron a la luz las infidelidades de ambos.
En 1992, el asesor financiero John Bryan apareció en fotos muy comprometedoras junto a Sarah que estremecieron el palacio de Buckingham.
Ella quedó sentenciada por la familia real, se vieron obligados a divorciarse en 1996.
Se rumora que la pareja ha retomado sus sentimientos, aunque mantienen una relación abierta. Él ha sido novio de la cantante Kylie Minogue y otras. A pesar de que se divorciaron, Andrés y Sarah seguían viéndose juntos.
En el año 2010, ella fue grabada de forma ilegal y sometida a un montaje, después, aceptó un soborno de un presunto empresario indio que le ofrecía una gran cantidad de dinero, 575.000 euros, a cambio de que ella le pusiera en contacto con su ex pareja.
Tiempo después, Andrés se convirtió en representante especial para el Comercio e Inversión en el parlamento para defender los intereses económicos del Reino Unido en el exterior.
Estableció una amistad con Saif Gadafi, hijo del tirano Muamar Gadafi. En el 2007 vendió su mansión en 17 millones de euros, el comprador fue Timar Kulibayev, yerno del dictador Nursultan Nazarbaiev.
Al parecer, los escándalos que protagonizaba el príncipe Andrés no afectaban su desempeño dentro de la familia real, hasta que no se pudieron seguir haciendo a vista gorda.
En 2011 lo destituyeron del cargo de embajador comercial que le aportaba numerosos beneficios.
En Londres iniciaron un debate jurídico para establecer hasta qué punto el príncipe Andrés tendría inmunidad en caso de ser acusado.
La reina Isabel II ha visto cómo la reputación de su hijo predilecto sigue descendiendo estrepitosamente. El príncipe de Gales ha exigido que Andrés abandone todas sus funciones.
La noticia ha dado mucho de qué hablar en las redes, no te vayas sin compartirla.