Como sacado de un cuento en las montañas Españolas encontramos el relato de una persona que dice haber convivido con los animales encontrando en ellos el amor, la lealtad y la hermandad que no ha podido conseguir con los seres humanos.
Marcos Rodríguez Pantoja fue bautizado como el ‘Mowgli’ español cuando lo encontraron descalzo y medio desnudo tras vivir 12 años con animales salvajes en la cordillera de Sierra Morena.
Parte de su vocabulario había sido sustituido por sonidos y movimientos. Marcos había aprendido a intercambiar palabras por gruñidos.
Marcos, un hombre de 71 años, que ahora vive en una pequeña casa fría en el pueblo de Rante, ha insistido en que la vida ha sido mucho más difícil desde que fue sacado de su “hogar natural”.
Un entorno lleno de reglas y normas, de personas frías y caracteres diversos ha sido el motivo para que Marcos sienta una profunda nostalgia por la vida que llevaba con quienes orgullosamente dice haber sido su familia.
La historia de este hombre no es para nada la más deseable. Marcos nació en la provincia de Córdoba, en 1946. Su madre murió trágicamente cuando él tenía solo 3 años, y su padre se fue a otra ciudad donde formó su nueva familia.
Marcos desafortunadamente fue vendido a un viejo granjero para que lo ayudara a cuidar más de 300 animales en las montañas, pero pocos años después el granjero murió.
Fue entonces cuando Marcos se quedó solo con los animales siento apenas un niño de 7 años. Desde entonces se adentró en la selva y fue adoptado por animales salvajes quienes lo consideraron su familia hasta la edad de 19 años que fue rescatado por aldeanos.
Los animales fueron mi guía para saber qué podía comer. Lo que ellos comían, yo también lo comía”.
Indudablemente Marcos estableció un vínculo particular con los animales, especialmente con los lobos, quienes lo aceptaron como un hermano, mientras que de manera excepcional una loba lo alimentó y le enseñó el significado de la maternidad.
También dijo que hizo una estrecha amistad con una serpiente.
Ella vivió conmigo en la cueva. Hice un nido para ella y le di leche de cabra. Me siguió a todas partes, me cuido y me protegió”.
Marcos comentó tristemente que las personas se ríen de él porque no sabe nada de política o fútbol y aunque ha intentado regresar a las montañas, ya no es lo mismo porque los lobos ya no lo ven como solían hacerlo.
Este hombre ha tratado de adaptarse a la vida civilizada, pero tras años de convivencia con las personas ha sentido que se han aprovechado de su ingenuidad, lo que ha catalogado como algo muy malo.
Ha sentido que hay maldad entre los seres humanos y no ha podido encontrar el verdadero significado de la familia que le enseñaron los lobos.
Marcos añora su vida pasada, pues dice que a pesar de que son descritos como animales, en ellos encontró la verdadera esencia de la hermandad, el respeto y la protección de la familia.
Es realmente una historia muy particular, esperamos que Marcos pueda encontrar lo que tanto anhela y logre realmente ser feliz. Comparte esta particular historia.