El drama que vive Guayaquil, la ciudad ecuatoriana con casi 2.7 millones de habitantes, que acumula más muertos por coronavirus que países enteros, sigue en pie.
Han tenido que vivir estremecedoras escenas intentando reconocer los cuerpos de sus seres queridos, apilados en las morgues de los hospitales, sin carteles claros que los identifiquen, cambiados los nombres incluso. Y con la incertidumbre de si -quienes ya han sido enterrados-, realmente allí yace el cuerpo de su familiar fallecido.
El 67,6% de casos de COVID-19 del Ecuador están en Guayas, 2.534 de los 3.747 que hay en todo el país
Otros todavía esperan que las autoridades vengan a retirar los cuerpos, mientras permanecen en sus casas, o han sido abandonados en las calles.
La grave situación se desató debido a que las funerarias no quisieron hacerse cargo de los sepelios, por el temor al contagio. La producción de ataúdes llegó a su tope máximo. Pero no faltaron quienes aprovechándose de la situación, decidieron lucrarse, pidiendo hasta 3.000 dólares por un cofre digno, algo que para la mayoría de la población era prácticamente inasequible.
Ahora, la Municipalidad de Guayaquil, como un gesto solidario, decidió intervenir entregando un total de 2.000 ataúdes de cartón.
Algo que que para muchos ha sido visto más bien como un insulto; mientras que otros ven en esa decisión al menos una solución al paso en lugar de que los destinen a una fosa común.
El pasado domingo empezó la entrega, con los primeros 200 ataúdes de cartón corrugado, gracias a la Asociación de Cartoneros, y a la empresa privada.
Los féretros serán distribuidos en los cementerios Jardines de la Esperanza y Parque de la Paz y de ser necesario, se entregará también al personal de Criminalística de la Policía Nacional, que está encargada de recoger los cuerpos de las personas que fallecen en sus domicilios.
«Serán de gran ayuda para brindar una digna sepultura a las personas fallecidas durante esta emergencia sanitaria», anunciaron en la cuenta de Twitter de la Municipalidad de Guayaquil.