Los niños y los jóvenes son la esperanza de una nación, y cuando éstos tienen condiciones diferentes, no cabe duda de que cautivan al mundo entero; no sólo por la ternura que inspiran sino por todo lo que podemos imitar de ellos: su capacidad de no rendirse jamás, su sencillez, su tenacidad en la lucha por una sociedad más inclusiva, y por sobre todo, las sobradas lecciones que nos dan de que el lenguaje más poderoso es el amor.
Es lo que sucede con los niños con Síndrome de Down, que no se cansan de gritarle al mundo que haber nacido con un «cromosoma extra» no les hace para nada menos que nadie, y muchos de ellos perseveran en perseguir sus sueños hasta alcanzarlo.
Así es la vida de Jennifer Malone, una joven irlandesa que ya es ampliamente conocida en las redes sociales por su brillante personalidad y su amor por los deportes y las figuras principales de sus equipos favoritos.
Recientemente, los duques de Cambridge, en su visita por Irlanda, tuvieron la suerte de encontrarse con Jennifer. Y la jovencita no dudó en aprovechar la ocasión, para pedirle al príncipe William una selfie.
Si bien se trataba de una petición muy simple, todos saben que el protocolo real es estricto en ese sentido, y el príncipe William no tiene permitido tomarse fotos con sus fans ni firmar autógrafos, por una medida de seguridad. Pero definitivamente, la ocasión lo ameritaba y tanto Jennifer, como su madre, y los presentes, quedaron desconcertados al ver la reacción del duque de Cambridge.
Los hechos sucedieron dentro del marco de las actividades reales cerca del condado de Kildare, el pasado miércoles.
Jennifer Malone le entregó un pequeño ramo de narcisos antes de pedirle una selfie al príncipe William, ante lo que el hijo de la recordada Lady Diana, aceptó encantado.
La madre de Jennifer, Donna Malone, compartió las fotos en su cuenta de Twitter, donde acumulan más de 2.000 me gusta.
«Un chico verdaderamente amable», escribió Donna junto a las imágenes que ya han dado la vuelta al mundo.