La nube de polvo formada en el desierto del Sahara que se desplaza desde la costa africana hacia el continente americano no es nada nuevo, ni siquiera es algo especial este 2020. Es un fenómeno que ocurre cada año, de hecho, grandes columnas de polvo sahariano son rastreadas en el Océano Atlántico desde finales de la primavera hasta principios del otoño.
De vez en cuando, cuando la columna de polvo es lo suficientemente grande y los vientos alisios se mueven de la forma precisa, el polvo puede viajar miles de kilómetros a través del Atlántico hasta tocar América.
Y aunque las arenas del mayor desierto del mundo alcanzarán a afectar la calidad del aire de ciudades como Bogotá o Medellín, en Colombia, Ciudad de México o Caracas, Venezuela, estas golpearon principalmente a Centroamérica y el Caribe.
En este sentido, muchos países del Caribe han comenzado a sentir los embates de esta nube de polvo y, por ende, recomendado el uso del tapabocas, así como evitar las actividades al aire libre. Por otro lado, muchas han sido las fotografías publicadas hasta ahora del fenómeno, y que han invadido las distintas redes sociales.
“La nube de polvo se trasladó al este del Caribe el fin de semana y el martes había sofocado a La Española, Jamaica, Puerto Rico y el este de Cuba, continuando su avance hacia el oeste y hacia América Central y el sur de los Estados Unidos”, se lee en un reporte.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) asegura que la ola de polvo del Sahara que está teniendo lugar este año puede ser la más peligrosa del último medio siglo, pues ha registrado una de las concentraciones más altas de partículas de polvo nunca antes registradas en este fenómeno.
El principal problema es que se reduce drásticamente la calidad del aire, lo que puede afectar de manera directa a personas con problemas respiratorios o de alergias, mucho más teniendo en cuenta que en buena parte de América el coronavirus está golpeando fuerte.
Siendo los pulmones, los ojos y la piel los principales órganos afectados por ella, esto puede ser un elemento pernicioso extra para aquellas personas con complicaciones respiratorias.
“O sea que si no es por COVID-19, es por este fenómeno natural”, comentó un usuario.
No obstante, la situación no es digna de mayor alarma. Solamente hay que seguir las indicaciones de Protección Civil y, sobre todo, prevenir, mantenerse resguardado en casa y con las entradas de aire hacia las habitaciones bien cerradas.
Una de las primeras diferencias que notarás cuando llegue la capa de polvo sahariana es que el típico cielo azul se cubrirá con una neblina lechosa.
Las diminutas partículas de polvo elevadas a decenas de miles de metros en el aire dispersan los rayos del sol al anochecer y al amanecer, lo que da paso a impresionantes espectáculos celestes.
Estas partículas de polvo de las que nacen hermosos amaneceres y atardeceres, también ayudan a suprimir el desarrollo de huracanes. No siempre se mantienen a 9.100 metros. A veces las partículas pueden llegar a la superficie, afectando en gran medida a las personas con alergias sensibles.
Si se te agua la nariz y te encuentras buscando un pañuelo, o tu cámara para publicar otra increíble puesta de sol en tus cuentas de las redes sociales, ya sabes de quien es la culpa: agradece al polvo sahariano.