Pese a los miles de muertos alrededor del mundo a causa del coronavirus, muchos jóvenes se mantienen reacios a hacer cuarentena para evitar seguir propagando la enfermedad y siguen disfrutando de celebraciones sin control alguno, poniendo en riesgo a todos sus seres queridos.
Pero no todos los padres están dispuestos a poner en riesgo su salud por las imprudencias de sus hijos. Tal como hizo un padre aterrorizado por el coronavirus, a quien no le importó negar la entrada a su hijo, llamado Matt, después de irse de vacaciones con sus amigos.
Peter Levine, de 52 años, advirtió a su hijo que no debía ir con sus amigos al área turística de South Padre Island, en Texas, pero el joven de 21 años y sus amigos del Springfield College de Massachusetts hicieron caso omiso a las recomendaciones.
“Hablé con él todos los días y le dije que deberían volver a casa. Estaba molesto. Las noticias aquí eran cada vez peores.
Matt me envió fotos de él y sus amigos reuniéndose al aire libre y escuchando música en vivo. Es la escena en la que no querrías estar”, dijo el preocupado padre.
Debido a su imprudencia e inmadurez, Peter tuvo que ser más serio que nunca y comunicó a su hijo que ni él ni sus amigos podrían entrar en su casa, dado que sus abuelos viven con ellos y los pondrían en peligro.
Después de miles de advertencias, Matt finalmente decidió que era buena idea volver a casa porque la policía les impedía divertirse a lo grande. Todos los jóvenes empacaron sus cosas y tomaron un vuelo directo a Nueva York, pero ya era demasiado tarde.
“El vuelo fue redirigido a Tennessee debido a un caso de coronavirus confirmado. Los pasajeros estaban enloquecidos y tratando de mantenerse alejados el uno del otro. Afortunadamente, logramos llegar a casa”, señaló el joven.
Cuando arribaron al aeropuerto, Matt llamó a su padre, quien inmediatamente se negó a recogerlos, lo que significaba que tenían que encontrar un servicio de automóvil que los llevara hasta Nanuet y, al llegar a casa, el joven no fue recibido por el cálido abrazo de su padre. Peter impidió que Matt y sus amigos entraran a la casa y los preparó para lo que estaba por venir.
“Había llenado la cajuela del auto de Matt con víveres y le dejé un sobre que contenía $300 en efectivo. Todas las pertenencias de los muchachos estaban en el asiento delantero.
Salieron del auto, desde el aeropuerto, cerca de nuestro camino de entrada y yo dije: ¡Quédense allí! ¡No sigan adelante!”, señaló el padre.
Miles de internautas se han solidarizado con el valiente padre, aplaudiendo su proceder para proteger a las personas de las decisiones imprudentes que muchas veces toman los jóvenes:
“Los muchachos estaban cansados y tenían que conducir dos horas y media por delante. Amo a mi hijo, pero no quisieron hacer caso. Les dije: si alguno de ustedes tiene que orinar, tenemos algunos arbustos, dos de ellos aceptaron la oferta”, concluyó Peter.
Vivimos tiempos complicados en los que debemos ser más prudentes que nunca en las decisiones que tomamos, para no hacer daño a los demás y afectar su salud.
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