Elizabeth Bellard y su hija Iliana se encontraban sumamente emocionadas de poder celebrar que la pequeña había logrado ganar una feroz batalla contra el cáncer. Iiana fue diagnosticada en el 2017 con un linfoma anaplásico de células grandes y debieron enfrentar sus peores miedos: Los médicos no estaban seguros si la pequeña lograría sobrevivir.
“La llaman la niña milagro porque no esperaban que sobreviviera. Es una luchadora”.
Sin embargo, la ansiada celebración se vio brutalmente interrumpida por el despectivo trato que la pequeña recibió en un salón de uñas al que asistió con su madre. Elizabeth e Iliana llevaban mucho tiempo planeando esta salida tan importante para ella y jamás pudieron imaginar que la pequeña recibiría un trato tan insensible.
“Ella estaba contando los días para que esto sucediera. Pero cuando llegamos la chica que hace las uñas no paraba de decirle una y otra vez que luce como un chico”.
La irritada madre decidió compartir el terrible trato que ella y su hija recibieron a través de su perfil de Facebook y los usuarios quedaron verdaderamente consternados de que ese fuese el trato que recibiera una pequeña acababa de salir de quimioterapia.
Iliana acaba de cumplir diez años de edad.
Elizabeth trató de explicarle a las empleadas que su hija tenía las uñas frágiles y el cabello muy corto por los efectos secundarios de la quimioterapia, pero nada las detuvo en sus incansables comentarios que no hacían más que herir a la pequeña.
“Me dijeron que era un niño. Fue un poco vergonzoso”.
La angustiada madre decidió defender a su hija pero a pesar de que se enteraron de la dura situación que la pequeña acaba de enfrentar no paraban de burlarse en su propia cara y en repetir una y otra vez las mismas bromas.
“Parece que un niño se está arreglando las uñas. Todos van creer que un niño se hizo las uñas. No puedo superar que luce como un niño”.
Lo sucedido generó mucha indignación en las redes y en poco tiempo los encargados del salón de uñas pidieron disculpas públicamente por lo sucedido y aseguraron que habían tomado las medidas necesarias para que no volviera ocurrir algo así.
“No aceptamos que nuestros empleados hagan comentarios sobre ninguno de nuestros maravillosos clientes. Valoramos a todas las personas que entran a nuestro salón. Nos disculpamos por lo sucedido”.