Hay testimonios que nos demuestran que a pesar de los malos pronósticos y de las adversidades no debemos perder la esperanza, porque no hay nada imposible.
Así lo hizo Chelsea Torres de 22 años, una mujer de Blackfoot, Idaho que junto a su esposo Nick de 22 años esperaba con ansías el nacimiento de sus gemelas.
Ellos descubrieron en una evaluación médica que las pequeñas tenían una condición particular, eran siamesas y según los médicos había muy pocas probabilidades de que sobrevivieran.
Les aconsejaron interrumpir el embarazo porque sus bebés no tendrían oportunidad de separarse a través de una cirugía, pero a pesar de eso los padres estaban seguros de darles la oportunidad de vivir a sus hijas.
Las pequeñas Callie y Carter nacieron a las 37 semanas por cesárea, comparten dos piernas y la pelvis pero sus órganos vitales están separados.
Gracias al apoyo que han recibido cuentan con ropa confeccionada especialmente a su medida, e incluso un asiento de coche adaptado para ellas para poder velar por su seguridad mientras viajan.
Chelsea y Nick decidieron compartir fotografías de sus bebés, ahora pesan 2 kilos cada una y están perfectamente saludables.
Ellos han emprendido una búsqueda de cirujanos en su país para separar a las niñas, pero las opiniones médicas que han obtenido hasta ahora coinciden en que son muy vulnerables para ser separadas.
Según datos suministrados por la Universidad de Maryland aproximadamente entre el 40 y el 60 por ciento de los gemelos siameses nacen sin vida, y un poco más de un tercio de los que logran sobrevivir solamente resisten menos de un día.
El índice de supervivencia global de los gemelos unidos está entre el 5 y 25 por ciento. Callie y Carter son gemelos omphalo-isquiópagos un caso que se presenta en menos del 5 por ciento de los gemelos siameses. Solamente tienen dos piernas y la pelvis las mantiene unidas, pero tienen dos torsos separados que se enfrentan entre sí.
A pesar del pronóstico y las estadísticas las hermanos han logrado sobrevivir, su madre jamás se arrepiente de desafiar la conclusión de los médicos y continuar con su embarazo.
Las pequeñas tienen tres meses de edad y ahora no necesitan ser separadas para sobrevivir, gozan de perfecto estado de salud. La separación de siameses es un procedimiento muy peligrosos y con frecuencia al menos uno de los bebés no logra sobrevivir a las posibles complicaciones de una cirugía tan delicada como coágulos de sangre, infecciones y afecciones cardíacas.
Chelsea y Nick también son padres de un niño de tres años de edad llamado Jaysin, se mudaron temporalmente cerca de un hospital especializado en Houston, Texas y ahora han regresado a su casa.
Aunque algunas personas miran a la familia con expresiones de asombro e incluso de discriminación, también han recibido muchas manifestaciones de apoyo. “Todo el mundo en nuestra ciudad conoce nuestra historia, muchos han estado siguiendo nuestro viaje”.
Ellos nos dan un ejemplo de unión y valentía, cuando hay fe y amor todo se hace posible. Es admirable la entereza con la que estos padres enfrentaron las adversidades y luchan por brindarles a sus hijos la mejor calidad de vida. ¡Comparte su inspiradora historia!