Aunque todos los padres sueñan con ese primer día en que su hijo les llame «mamá» o «papá», el lenguaje verbal no es ni mucho menos la primera forma en la que los bebés se comunican.
Si no lo sabes, una de las vías más importantes para hacerlo es la cara y la mirada de los padres, que es la guía que los bebés tienen para saber qué sucede a su alrededor.
Pero, ¿qué pasa en las familias en las que los padres son ciegos y el contacto visual entre padre e hijo no funciona normalmente? A continuación, te dejamos una hermosa historia que te dará algunas respuestas.
Marlene y Alex con su hija Clarinha
Marlene y Alex son un feliz matrimonio unido por dos grandes razones: ambos poseen una condición común de deficiencia visual y, por otro lado, son los felices padres de un milagro transformado en una bebé de dos años llamada Ana Clara.
Su bebé llegó a este mundo como un rayo de luz para alumbrar el camino de la pareja invidente.
Resulta que Ana Clara, conocida como Clarinha, con tan corta edad es la encargada de ayudar a caminar y evitar tropezones a sus padres, e incluso a utilizar el teléfono móvil, como toda una Centennial.
Clarinha ayudando a su mama a utilizar el teléfono
Su increíble capacidad comenzó a desarrollarse desde que era aún un pequeño bebé en el vientre de su madre. Increíblemente, a los 10 meses de edad ya mostraba signos de comprender perfectamente a su mamá a través del tacto.
«Cuando tenía unos diez meses la vestí, la arreglé y le dije: ‘muéstrale a mami lo hermosa que eres’, y me pregunté cómo me lo iba a mostrar. Ella me tomó de la mano y me hizo tocar su carita, su vestido, sus zapatos», recordó con dulzura la madre de Clarinha.
El problema de visión de Marlene, quien trabaja como peluquera en Brasil, se originó por una hidrocefalia cuando era niña, y hoy en día alcanza solo entre un 5 y un 10 por ciento de visión.
Tan solo distingue manchas borrosas y algunas cifras. Por su parte, el padre, Alex Mello, nació con un pigmento que daña la retina por lo que, al igual que su querida esposa tan solo ve figuras sin forma definida.
Cuando la niña comenzó a dar sus primeros pasos, la pareja decidió publicar su rutina familiar en las redes sociales y, como resultado de ello, se han llenado de incontables elogios y palabras de admiración por parte de miles de usuarios enternecidos con la valentía y el amor que irradian las imágenes.