¿Cuánto vale una sonrisa?, ¿qué precio tiene entender a nuestro prójimo? Seguramente, si hiciéramos estas preguntas a algunas personas, de un modo u otro nos contestarían lo mismo: las cosas que más valen en esta vida, no se pueden comprar con dinero. De eso se trata ser generosos con nuestros sueños y metas.
Esto lo sabe de sobra Elon Musk, CEO de la compañía Tesla, Inc. una empresa estadounidense con sede en Palo Alto, California, que diseña, fabrica y vende automóviles eléctricos, componentes para la propulsión de vehículos eléctricos y baterías domésticas.
Resulta que Musk se ha convertido en el hombre más acaudalado del planeta. Su fortuna está valorada en unos 208 mil millones de dólares y está pensando muy bien qué hacer con ellos. A juzgar por su actitud, la filantropía de ahora en adelante es su prioridad.
De hecho, su primera reacción al enterarse de que era el ser humano más rico del mundo fue sencillamente la de encogerse de hombros y pedir con humildad algún consejo sobre cómo y a quién donar su dinero.
Sin embargo, el empresario de 49 años es un neófito en estos menesteres. El número uno es Bill Gates, así como su colega y amigo Warren Buffett, cofundadores de la campaña Giving Pledge, que exhorta a los multimillonarios para que donen al menos la mitad de sus fortunas. Ambos han regalado decenas de miles de millones en efectivo y acciones.
Incluso Jeff Bezos, quien ha sido criticado por su lentitud para actuar como filántropo, ha intensificado el paso. El año pasado, el fundador de Amazon se comprometió a donar 10 mil millones de dólares a temas relacionados con el cambio climático. En noviembre pasado entregó 791 millones de dólares a 16 grupos ambientalistas.
Pero, si Gates no hubiera donado tanto, o Bezos no se hubiera divorciado, entonces sus fortunas serían mucho mayores, posiblemente mayores que las de Musk, quien hasta ahora ha hecho relativamente poco en materia de caridad.
Ha donado más de 257 millones de dólares a la Fundación Musk, equivalente a 0.001 por ciento de su patrimonio neto actual. Sin embargo, Musk asegura que la razón por la cual acumula su fortuna es para regalarla. Y tiene sus proyectos que lo apasionan, tales como la exploración espacial.
“Se necesitarán muchos recursos para construir una ciudad en Marte. Quiero poder contribuir tanto como sea posible”, le dijo al editor alemán Axel Springer el mes pasado.
El patrimonio neto del fundador de Tesla y SpaceX superó los índices de multimillonarios de Bloomberg, después de que el precio de las acciones de la compañía de automóviles eléctricos registrara un aumento este jueves, alcanzando un valor de mercado de 700 mil millones de dólares.
No se trata del dinero. Esta es la filosofía absolutamente fundamental en la actitud de Musk hacia los negocios. Cuando fue entrevistado, en 2014, dijo que no tenía idea siquiera de cuán rico era.
“No es que tenga un montón de dinero en efectivo en alguna parte. Es solo que tengo una cierta cantidad de acciones en Tesla, SpaceX y SolarCity, y el mercado atribuye el valor a esas acciones. No estoy en contra de la búsqueda de la riqueza, si se hace de una manera ética y buena”, dijo.
El enfoque ciertamente parece estar funcionando. El empresario cree que la mayor parte de su dinero se gastará en la construcción de una base en Marte, y no le sorprendería que el proyecto consumiera toda su fortuna.
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