La vida moderna es tan veloz que a menudo no podemos ver más allá de nuestro propio metro cuadrado. Rendir en el trabajo, ocuparte de tu familia, de tus amigos y llevar una vida sana, pareciera que ya demanda bastante parte de tu tiempo como para detenerse a pensar en las necesidades de los que nos rodean.
Y aunque no lo hagamos con mala intención, cada vez pensamos más en nosotros mismos y en los nuestros, dejando de lado la idea de que pertenecemos a una comunidad que nos necesita también. Es por eso que cuando encontramos a alguien que verdaderamente procura en medio de su apretado día, alegrar el día a los demás, lo agradecemos y vale la pena reconocerlo.
Ese fue el caso en una tienda de comestibles Publix, en Tifton, Georgia.
El 16 de enero de 2015,Jennifer Christopher Coker acudió al local con una amiga.Estaba haciendo sus comparas habituales, cuando encontró un comportamiento inusual en uno de los empleados, que la conmovió por completo.
Ella pudo ver en uno de los pasillos a un anciano en una silla de ruedas motorizada, pidiendo ayuda a un empleado, que estaba cerca suyo, de nombre Roger.
Coker detalló la emotiva experiencia en una publicación en su red social.
“¡Tuve que compartir esto para que todos pudieran verlo! Estuve en el Tifton, Ga Publix (tienda n. 01422) esta noche, 16/01/15) cuando vi una de las escenas más bellas que se desarrollaba ante mis ojos.
Un joven, con el nombre de Roger, estaba ayudando a un anciano en una silla de ruedas motorizada; tenía la lista de compras del hombre y lo ayudaba a encontrar los artículos que deseaba.
«El anciano detuvo al joven, que estaba trabajando duro y le preguntó: «¿Estás ocupado?». Roger sonrió cortésmente y respondió: «No señor, ¿cómo puedo ayudarlo?».
El anciano le pidió su ayuda porque sabía que le llevaría toda la noche encontrar lo que necesitaba y conseguir los artículos en su carrito si intentaba hacerlo solo.
«Roger, sin vacilar, le dijo que estaría feliz de ayudar. No hubo agitación en su tono por ser interrumpido. No había prisa en su caminar para que el hombre no se sintiera como una carga. Hizo que ese hombre se sintiera importante. Escuchaba la conversación del hombre y se aseguraba de estar atento y responder con respeto y buenos modales».
Cuando Roger pasó al lado mío por el pasillo, me saludó con una sonrisa y me preguntó cómo iba mi tarde y procedió a ayudar al hombre.
Es muy raro ver que una persona tan joven tenga tanto respeto por sus mayores. Tenía lágrimas sabiendo que el anciano probablemente estaba feliz de tener a alguien que lo ayudara y lo escuchara.
No obtienes este tipo de servicio en cualquier tienda de comestibles, sino en Publix. El acto de amabilidad de este joven significó mucho para mí y estoy segura de que significó mucho para el caballero al que ayudó”, concluyó Jennifer.
La publicación de Coker a la fecha tiene más de 80.000 likes, 5.000 comentarios y ha sido compartida 15.000 veces.
Después de hacerlo público, desde Publix respondieron a Jennifer, valorando su historia y el comportamiento del joven.
“Jennifer, ¡qué maravillosa historia! Ten en cuenta que Roger será reconocido más allá de su servicio al cliente y ten seguridad de esto. De nuevo, gracias por compartir este momento especial con nosotros. Ciertamente ha traído lágrimas felices a mis ojos también”.
Sobre todo, esta historia es un recordatorio del efecto multiplicador que puede llegar a tener un acto de bondad tan simple, como una respuesta amable y una dedicación desinteresada, por el sencillo hecho de ayudar.
todos los que lo presenciaron. El hecho de que Coker lo haya compartido a su vez, ha afectado a miles de personas en todo el mundo también.
Una enseñanza clara es que aunque el ritmo acelerado de la vida pueda distraernos de lo más importante, historias como estas nos recuerdan que todavía existen jóvenes que valoran lo verdaderamente importante de la vida, dejar un rastro de bien, sin esperar ninguna recompensa a cambio.
Es una historia que enaltece el alma y ojalá sirva para que muchas personas se detengan a pensar cuánto pueden cambiar a su alrededor con el simple hecho de sonreír y ayudar a los que necesitan de nosotros. ¡Comparte esta historia con tus amigos!