El daño que el hombre le ha hecho al Planeta por medio de la industrialización y nuestro trato irrespetuoso con el medio ambiente, en algún momento nos pasará factura.
Y seguro más alta de las que ya estamos pagando con las altas olas de calor, las sequías, tormentas, terremotos entre otros fenómenos naturales.
Por eso, cada vez más grupos proteccionistas y gobiernos apuntan a una sociedad sostenible y amigable con el medio ambiente.
Pero todos sabemos que la educación empieza por casa y cómo podemos esperar un cambió si este no inicia en los propios hábitos dentro del hogar.
Por este noble motivo una escuela en Australia ha decidido darle una lección de vida no sólo a sus estudiantes, sino a sus familias y comunidad.
En el Melbourne Girls ‘College se han eliminado por completo el uso de papeleras y contenedores en los patios o salones. En esta institución todo el desperdicio que se genere debe ser llevado al hogar, un asunto bastante incómodo para algunos.
Sin embargo, todo tiene un trasfondo social y ambiental: la directiva busca concientizar a los padres y niños sobre la cantidad de deshechos que producimos.
¡Nadie quiere andar con su mochila llena de desperdicios! Pero en un acto tan sencillo como armar la bolsa de merienda, muchos padres se exceden en contenidos y no de alimentos sino de papel y envoltorios innecesarios.
«Es un gran problema en todo el mundo y realmente proviene de una agencia estudiantil», dijo la directora Karen Money.
La bella iniciativa surgió de unas pequeñas estudiantes que integran el grupo de sostenibilidad de la escuela y la idea es motivar a los chicos y padres a hacer el cambio. Por ese motivo, se han ideado una estrategia bastante divertida.
El grupo de sostenibilidad inspeccionará las bolsas de merienda de sus compañeros y aquellos que sólo usen empaques reutilizables recibirán una estrella que los pone en una competencia de premios.
Si no hacemos nada ahora, entonces estaremos en una crisis aún peor», dijo Karen Money
La idea de los incentivos ha despertado la motivación de los más pequeños. Los directivos buscan que esta escuela se convierta en «una escuela de cero desperdicios en vertederos para fines de 2020, reduciendo enormemente nuestro impacto ambiental», explicó Karen a los representantes.
Pero ¡Calma! Que el asunto tampoco es algo extremo. Si bien no habrá papeleras en todas partes, sitios como los baños se quedarán con las suyas. De igual forma los contenedores serán reemplazados por estaciones de reciclaje y opciones de compostaje.
En el patio central sólo quedará un bote para esos artículos grandes con los cuales los estudiantes podrían tener problemas para llevar a casa.
La verdad es una iniciativa bastante curiosa pero funcional. De este modo no sólo reducen sus desechos sino que estarían educando a chicos y grandes, un aprendizaje que tendrá que aplicarse tanto en la escuela como en el hogar, y toda la comunidad. ¡Vaya lección que dará esta institución!
Motiva a otros a unirse a este proyecto. El planeta no es sólo problema de uno sino de todos así que esta idea debería de aplicarse en cada escuela del mundo. ¡Compártela!