Unos bebés se han convertido en los maestros más jóvenes de Gran Bretaña. Tres de ellos son ahora educadores de la escuela de Ardgowan en Greenock, Escocia.
Ante una vida moderna que se vive de forma tan acelerada por los niños y adolescentes, cada vez más consumistas y de cierto modo egoístas, estos bebés están enseñando a sus alumnos cómo establecer lazos de empatía.
Los tiernos maestros tienen entre 3 y 10 meses de edad, son realmente pequeños pero con sus visitas imparten lecciones de responsabilidad, empatía y respeto hacia los demás.
Al menos tres veces a la semana, los pequeños son llevados a las aulas para compartir y conocer a sus estudiantes.
Esta asombrosa idea hace parte de uno de los proyectos de la fundación canadiense Roots of Empathy. Esta organización internacional busca desarrollar la empatía en niños y adultos, a través de diferentes estrategias.
Su misión global es ayudar a la construcción de sociedades más humanitarias, pacíficas y civiles.
Una ciudadanía responsable y paternidad receptiva es el objetivo a largo plazo que se establecen los voluntarios de organización.
La idea es realmente positiva y creativa, sin duda los bebés siempre despiertan la parte más sensible y afectiva de cada persona pero llevarlos a las aulas para hacer florecer la empatía en los más chicos es algo bastante curioso.
Con cada visita, los estudiantes pueden interactuar con los niños y otros maestros adultos o los padres de los bebés pueden responder cada una de las curiosas preguntas que van haciendo los chicos. Este ejercicio ha servido para controlar la irá o hiperactividad de los alumnos más difíciles.
«Incluso para los niños que son un poco desafiantes, realmente se adaptan cuando están los bebés. A menudo son ellos quienes interactúan más en un nivel uno a uno», dijo McLellan, madre de un bebé de 8 meses que participa en el proyecto.
A través de cuentos y actividades, los adultos aprovechan para explicarles a los estudiantes cómo manejar ciertas emociones que resultan naturales cuando se está al cuidado de un bebé. En cada visita, los niños reciben lecciones de empatía pero también de autodominio.
«Nos hacen muchas preguntas diferentes sobre lo qué les gusta hacer a los bebés, cómo los cuidamos, qué hacer si están siendo gruñones y les encanta ir a conocer a los niños y ver cómo crecen y se desarrollan”, dijo McClusky, maestra de sexto grado de la Institución.
Pero no sólo los estudiantes se benefician con estas visitas, los bebés también reciben su cuota positiva dentro de todo este proyecto.
Según señalaron los especialistas, la interacción tan temprana de los bebés con grupo de niños les permite desarrollar su seguridad y controlar el miedo ante la exposición con otros niños desconocidos.
Las visitas graduales permiten a los estudiantes relacionarse con el desarrollo y crecimiento de los bebés.
Además, les enseña sobre la responsabilidad que implica el cuidado de otro ser humano. Se espera que todo este aprendizaje tenga su impacto paulatino en la vida de los participantes del proyecto. Sin duda una iniciativa que inspira y promete tener un resultado bastante positivo en la sociedad. Actualmente, otras escuelas se preparan para iniciar con el proyecto en alianza con la Roots of Empathy.
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