La cuarentena que se viene aplicando en muchos países del mundo no solo ha ayudado con la contención de la propagación del COVID-19, sino que también ha beneficiado a la naturaleza.
Una evidencia de eso se puede observar en el majestuoso fenómeno que se produce en una conocida playa mexicana captando la atención de mucha gente.
Dentro de todo lo malo siempre se consiguen cosas buenas, y eso aplica perfectamente al hecho de que muchas personas se han tenido que quedar en casa, permitiendo que de alguna manera la naturaleza descanse, y se depure espontáneamente.
Son muchas las imágenes que han circulado en las redes sociales de paisajes que antaño se encontraban altamente contaminados; y por la escasa o nula presencia de personas se han limpiado y muestran otra apariencia, los canales de Venecia son ejemplo de eso.
También se han observado animales de distintas especies paseando tranquilamente por zonas donde antes ni siquiera nos imaginamos, por la ausencia de seres humanos.
Pero una experiencia maravillosa, mágica e inefable se presentó el veinte de abril pasado, en una hermosa playa de Puerto Marqués en Acapulco.
Ni el lienzo del mejor pintor es capaz de reflejar el azul aguamarina que eclosionó de las aguas del mar, dando la ilusión de brillantes luces de neón.
“Al hacer la ola se ilumina todo lo que es la espuma, se ve como color azul toda la que es la orilla del mar, se ve increíble”, expresó Maximiliano, un lugareño de Acapulco.
Con la danza aleatoria de las traviesas olas del océano pacifico contra la arena se encendía la inusual fosforescencia. ¿Cómo puede ocurrir algo tan hermoso?
Pero el fastuoso suceso tiene una explicación científica, y se llama bioluminiscencia.
“La bioluminiscencia se produce cuando organismos vivos producen luz, que es resultado de una reacción bioquímica en la que por lo general interviene una enzima llamada luciferasa”, de acuerdo a lo expresado por Fidetur Acapulco.
Aunque organismos como peces, moluscos, crustáceos, medusas e incluso bacterias son capaces de producirla, en el caso de Puerto Marqués tiene su origen en el plancton luminoso o las microalgas.
Si bien se presenta con relativa frecuencia en las playas mexicanas como: Quintana Roo, Oaxaca, Campeche, Holbox, Chacahua, Xpicob, Nayarit y Bahía Bucerías, no es frecuente verlo en las de Guerrero. De hecho, hace seis décadas que allí no ocurría.
Los que tuvieron la oportunidad de presenciar el mágico momento lo grabaron y compartieron en las redes sociales, el video se viralizó de inmediato y los internautas quedaron embelesados.
La naturaleza es sabia y agradecida, si le damos tiempo y descanso, ella lo devuelve en salud y belleza infinita.
Comparte este impresionante fenómeno con tus amigos, y enséñenos a todos la importancia de cuidar nuestro ambiente.