No hay duda de que los seres humanos somos los “animalitos” más peculiares que caminan sobre la tierra. Somos capaces de ser lo que queramos. Solo hace falta un poco de ganas y alguien que sea nuestro cómplice. Como esta pareja de gata y humano en Colorado, Estados Unidos.
Kat Lyons, una mujer de 31 años y Robercht Berg, un hombre de 52 se conocieron hace ya unos ocho meses en una Cómic Con y después de eso, todo ha sido romance y buenos momentos. Pese a su diferencia de edad, los dos comparten el mismo techo y se llevan de maravilla, incluso con los ronroneos de Katincluidos.
Kat Lyons y Robercht Berg
¡¿Ronroneos?!, ¡sí!, es que Kat se identifica con un gato. O mejor dicho, como una gatita. Tanto Kat como Robercht han llevado el juego de roles a otro nivel. Fue de esta manera como se enamoraron y ambos han conquistado el corazón del otro.
Robercht no se dio cuenta que Kat tenía unas orejas cuando se conocieron. Fue tras conversar después del evento que se dio cuenta que ella tenía mucha más ganas de ser un gatito que una humana. Ahora, definitivamente, es una humana-gata o una gata-humana. Aunque seguramente para Kat sea solo una gata sexy.
Kat trabaja en una tienda de mascotas, por lo que nunca se quita sus orejitas. Robercht es ingeniero aeroespacial y parece que la complicidad que tiene con la joven y con el juego de roles no afecta en lo absoluto su vida diaria.
De hecho, suele acariciar a su gatita mientras ronronea encima de la mesa de la sala de su casa.
Cuenta Kat que su juego comenzó cuando estudiaba en la escuela secundaria. Su amor por los gatos era y es tan grande, que decidió convertirse en uno. A pesar de haber recibido numerosos tratos injustos por parte de las personas y compañeros que no entendían su manera de ser, ella siguió adelante con su gatunidad.
Robercht nunca había tenido una relación en donde el juego de roles fuese un asunto tan serio como ahora. Dice no tener ningún problema con ella, más bien está muy feliz de estar con una persona tan llena de espontaneidad.
Las redes sociales han comentado muchas cosas al respecto puesto que la historia es bastante peculiar. Sin duda esto llamaría la atención de cualquiera, vaya cosa, una mujer gatita.
“Al crecer tuve que fingir que era normal sin actuar como un gato, pero ahora puedo ser yo misma, puedo expresarme, puedo subir, si quiero trepar puedo hacerlo, puedo beber de un cuenco, puedo usar un collar, si quiero usar mis orejas puedo hacerlo”, dijo Kat.
“Jajaja, qué locura, me encantaría hacer ese mismo juego de rol, miau”, mencionó bromeando una internauta.
Cada día las personas parecen enseñarnos que la identidad es un asunto que escogemos. Básicamente podemos ser lo que queramos sin que eso afecte a los demás. De lo que se trata es que siempre nos sintamos felices con nosotros mismos.
Comparte esta divertida historia entre tus familiares y amigos, seguro habrá algún amante de las gatitas por allí.