A estas alturas no es un secreto para nadie que la crisis sanitaria ha afectado a todo el mundo, y los niños no escapan de esta situación.
Domi, es una niña chilena de 10 años que a diferencia de sus compañeros debe estudiar con un teléfono en la calle para ayudar a su madre, quien es vendedora ambulante.
La familia de Domi es muy humilde y deben trabajar todos los días para llevar el sustento a casa.
Mientras muchos han tenido el privilegio de poder adaptarse a los cambios producto de la pandemia, esta pequeña tiene que hacer un esfuerzo extra para seguir estudiando y cumplir con sus deberes académicos.
Domi como cualquier otra estudiante, asiste al colegio a distancia y trata de no perder sus clases conectándose a través de su teléfono móvil, pero en lugar de hacerlo en un lugar privado que facilite su concentración, lo debe hacer en plena calle porque ayuda a su madre a trabajar.
Claudia Gómez, la madre de Domi afirma que su hija está más segura con ella que sola en casa y por fortuna, los profesores han entendido la situación particular de ambas, por lo que han sido un poco más flexibles cuando no puede conectarse.
“Estoy orgullosa de mi hija, que sigue en clases. En la mañana les dice a los profesores, que está ausente porque va al trabajo con mi mamá y los profesores entienden porque es nuestra realidad como comerciantes”, dice Claudia.
Ambas viven en Puente Alto, comuna de la ciudad de Santiago, y aunque las autoridades han restringido toda actividad que no sea primordial, ellas no pueden cumplirlo a cabalidad porque eso significaría que no tener nada para comer.
No cuentan con pensión de alimentos ni ayuda estatal por lo que se ven obligadas a seguir saliendo a trabajar a pesar de las reestricciones.
La madre no quiere que su hija deje sus estudios, pero reconoce que no tiene otra opción por ahora para que cumpla con sus deberes de la manera más adecuada y cómoda.
“Si no trabajo, no comemos” dijo Claudia.
Esta madre también tiene que pagar el alquiler y el resto de las cuentas de la casa, asume sola la responsabilidad de hacerse cargo de su hija.
Ambas esperan que exista algún tipo de ayuda que les permita tener otro ingreso, pero mientras eso no sucede Domi seguirá estudiando en la calle.
Deseamos que esta madre y su hija consigan ayuda para seguir adelante en medio de esta crisis que ha sorprendido al mundo. Comparte su historia que nos invita a ser solidarios y agradecidos.