Mientras el mundo se encuentra en alerta por el brote de Coronavirus de Wuhan desatado en el mes de enero, las autoridades de Tailandia han sancionado a un mercado que quebró por completo cualquier normativa sanitaria.
Los funcionarios de higiene realizaron una inspección en el mercado de Nong Khai, al noroeste de Tailandia, y encontraron una escena realmente desagradable. Los empleados utilizaban sus bocas para arrancar la carne de las patas de pollo antes de venderlas.
Por insólito que suene, los trabajadores toman las aves de una canasta y comienzan a sacar la carne con sus bocas. Según comentaron, la técnica es utilizada para agilizar el trabajo. De este modo es mucho más fácil y rápido que con ayuda de algún utensilio.
De hecho, los empleados argumentaron que lo hacían de ese modo por órdenes expresas de los propios jefes, ya que con la boca es hasta «cinco veces más rápido» procesar el pollo.
El asunto es realmente desagradable y alarmante, considerando que Tailandia es uno de los países en los cuales se han confirmado casos de Coronavirus.
El gobernador de la provincia Ronnachai Jitwiset está investigando a otras fábricas y mercados de la región, ante la sospecha de que otros pueden estar utilizando el antihigiénico método de procesamiento de alimentos.
“Miramos alrededor de la fábrica y parecía limpia y organizada, pero tenemos que ordenarles que dejen de usar la boca para procesar los alimentos.
Existen numerosos gérmenes que podrían ingresar a la boca o extenderse desde la boca hasta la pata de la gallina, por lo que no podemos arriesgarnos a que trabajadores y clientes se enfermen», declaró Jitwiset.
Las patas de pollo son un plato bastante popular en el país asiático por su alto contenido vitamínico, así que en caso de que algún empleado infectado con Coronavirus participara en la práctica podría causar una verdadera crisis.
Además, no sólo esta cepa se transmite de manera oral. Enfermedades como la gripe, el herpes o incluso otras más peligrosas como la hepatitis A y B, podrían contagiarse por esta práctica.
Por esa razón es indispensable que las autoridades frenen este tipo de técnicas que rompen cualquier medida de higiene.
Nongluck Payakphrom es propietaria del negocio en el que se registró el polémico vídeo de la inspección y se ha comprometido a cambiar cuanto antes el uso de la boca para despellejar las patas de las aves.
Anteriormente, en la fábrica utilizaban alicates para el procedimiento pero era mucho más lento. No obstante está obligada a retomar la antigua práctica para que su negocio sea abierto nuevamente. La fábrica en cuestión distribuye entre 400 y 500 kilogramos diarios a toda Asia.
Por favor comparte y alerta a tus amigos sobre este tipo de prácticas. ¡Los gobiernos deben tomar medidas más duras para cuidar a los ciudadanos!