Todos esperan que el día de la celebración de Navidad esté lleno de alegría. Sin embargo, la vida de un pequeño de 2 años de edad quedó expuesta a un verdadero peligro cuando se vio completamente solo en medio de las frías calles de Nueva York.
A tan corta edad y desprovisto de toda protección, es un verdadero milagro que este pequeño lograra sobrevivir.
“No paraba de llorar. Alzó los brazos hacia mí así que lo alcé”.
Marlene Malvin, una mujer de 40 años, se encontraba llegando al Bronx para visitar a su mamá. Fue entonces cuando vio al pequeño vagando tristemente cerca de las escaleras de una residencia.
Lo único que tenía era un pañal y un babero, de modo que su temperatura corporal estaba peligrosamente baja. Marlene es madre así que sus instintos le indicaron que debía hacer algo para ayudar a esta pobre criatura.
“El tiempo es vital en estos casos. Lo es todo. Menos mal que lo encontré”.
El bebé parecía aliviado de toparse con Marlene. Ella lo llevó a la casa de su madre que quedaba justo al cruzar la calle. Por suerte, ahí tenía ropa de su propio hijo de 2 años y lo vistió para que no pasara más frío.
El pequeño no paraba de temblar y todo indicaba que había estado en las calles durante al menos media hora. Un par de minutos después, acudió a los bomberos para entregarlo y explicar lo sucedido.
“No podía creer que estaba dejando lo que parecía ser un bebé extraviado. Además, era la mañana de Navidad”.
Los bomberos se encargaron del caso y llevaron al bebé al hospital. Decidieron acudir a la zona en donde el pequeño había aparecido y decidieron ir de puerta en puerta.
Resulta que vivía en el mismo edificio en cuyas escaleras lo encontraron vagando. Se llama Luis Ángel y su madre dejó la puerta del apartamento abierta por error cuando fue a hacer unas compras.
“Fui a comprar jugo para el bebé y debí dejar la puerta abierta. Estoy con él ahora. Estoy feliz de que todo haya salido bien”.
Luis Angel se había quedado en casa con su hermana de 14 años, pero la joven se quedó profundamente dormida y no tenía idea de que su hermanito se las ingenió para salir de casa y bajar hasta la calle.
La familia se reencontró en el hospital y ahora no hacen más que agradecer a todos los que lo ayudaron a mantenerse a salvo.
“Sólo quiero decir gracias. Espero que Dios los bendiga por haberme hecho este enorme favor”.
Es un verdadero milagro que este pequeño haya logrado sobrevivir. El frío, los autos y los peligros de la calle no son un lugar para un pequeño de tan corta edad. Esperamos que su caso sirva para recordar nuevamente la importancia de no perder a los bebés de vista.
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