Jugar con las necesidades de la gente es algo inaceptable y peor resulta cuando se le hace a un inocente niño. En esta oportunidad el despreciable acto de una desconocida terminó por desatar una cadena de solidaridad alrededor del pequeño Nicolas Marinho de sólo 11 años.
Nico, como le dicen por cariño, vive en Campinas un municipio de Sao Paulo, Brasil, y durante estos meses ha pasado bastante necesidad en su casa. El confinamiento redujo aún más el presupuesto en su humilde hogar, ya que el dinero comenzó a escasear.
El niño vive con su madre de 37 años, Marcela Marinho, y su papá Anderson Marinho, de 42, que trabaja como conductor y también con su hermanito de sólo un año. Ante las dificultades económicas que han atravesado estos meses, Nicolas decidió hacer unas cometas para salir a vender en las calles de Sao Paulo.
Durante un día de jornada el pequeño se topó con una mujer que al ver su necesidad manifestó su intención de ayudarlo. La dama ofreció a Nicolas una pesada caja que supuestamente contenía una cesta de alimentos para su familia, sabiendo el trabajo que estaban pasando pues el niño no dudó en aceptarla.
Toda la ilusión del pequeño se vino abajo cuando al llegar a casa abrió la supuesta caja y se percataron que los habían burlado. La supuesta canasta básica contenía en realidad 9 kilos de sal y sólo 4 kilos de harina
¿Acaso esto podría ser el mercado para una familia?
No sabemos si el asunto fue con alevosía pero realmente destruyó la ilusión de la humilde familia que no pudo menos que sentirse miserables y tristes por la realidad que les golpeó en la cara.
“Cuando abrimos la canasta, sólo eran paquetes de sal. No criticamos la harina porque mata el hambre. Esto puso a Nicolas triste. Pensó que tenía galletas en la canasta básica. Cuando lo vio, era solo sal”, se lamentó la madre.
La familia vive alquilada y ahora tienen varias facturas vencidas, el poco dinero que ha ingresado estos meses no alcanza ni para comer y el asunto es realmente angustiante para todos. Por esa razón Nicolas comenzó a trabajar.
“Es la primera vez que pasamos por esto aquí en casa, mi esposo y yo. Siempre ayudamos y hoy necesitamos ayuda. Nunca imaginé pasar por esto», dijo Marcela entre lágrimas.
Esta madre está trabajando como doméstica de manera eventual con tal de producir un ingreso que pueda llevar a su hogar, pero las personas en ocasiones abusan de su necesidad y hay quienes sólo le pagan 10 reales o 0,19$, por el día de trabajo. Pero tras conocerse su realidad hay personas dispuestas a ayudarla.
Un medio local inició una campaña de recaudación de fondos para ayudar a esta familia en estos momentos de extrema necesidad. El dinero recaudado será para cancelar las deudas de alquiler que han acumulado y comprar un verdadero mercado para que Nicolas y su hermano puedan alimentarse bien.
Nadie tiene derecho de burlarse así de la necesidad ajena, comparte esta historia y juntos ayudemos al niño y su familia en su campaña de recaudación de fondos ¡Comparte y colabora!