Después de casi una semana de la trágica muerte de Christina Mauser, la entrenadora de baloncesto que falleció en el helicóptero junto a Kobe Bryant y las otras 7 víctimas, su esposo, Matt Mauser, ha roto nuevamente el silencio, y esta vez está francamente destrozado.
Ha contado que su mujer estaba preparando el cumpleaños número 4 de su hija para el próximo 3 de febrero, y eso lo tiene devastado.
«Es el cumpleaños de mi pequeña la próxima semana, esa es la parte difícil», dijo Matt, totalmente quebrado. “Estoy tratando de navegar en esto. Mi hija siempre llamaba a mamá, ahora entro y no la llama … Creo que lo entiende, sabe que estamos afligidos».
Mientras que su hijo de 11 años realmente se lo está pasando mal. «Le dan arrebatos de ira porque no lo comprende», cuenta Matt.
«Le dejo que golpee fuertemente la almohada para que se desahogue y que llore, luego lo abrazo, es un abrazo de mamá para él, pero también es un abrazo para mí. Vivo un día a la vez», confiesa.
“Es como una montaña rusa de emociones sin control. Estoy arriba, estoy abajo, lloro sin razón alguna y luego estoy bien. Me desperté esta mañana y dije: ‘Creo que estoy bien’, y luego salí y comencé a llorar. Y luego vi a mis hijos y comencé a llorar”, agrega.
Matt dice que lo que más extraña de la mujer de su vida, con la que llevaba 14 años de casado, son las cosas pequeñas, su abnegación por sus hijos y su personalidad tan extrovertida.
«Su misión era siempre hacerme reír… todos los días, hacía reír a cualquiera».
Christina y Matt trajeron al mundo tres hijos, que ahora tienen 11, 9 y 3 años
«Ella elegía qué tipo de comida darles a nuestros hijos, a qué médicos llevarlos, investigaba cada enfermedad que existía. Fue implacable, organizada y detallada”.
Christina fue entrenadora de baloncesto en Harbor Day School, en el Condado de Orange, California, y fue reclutada por Bryant para entrenar a uno de los equipos en su Academia Mamba, en el que jugaba la pequeña Gigi, que también murió en el accidente.
En relación al fatídico día del accidente mortal, Matt ha abierto su corazón lleno de dolor:
«Nos estuvimos escribiendo todo el tiempo antes de su muerte, siempre nos escribíamos, pero esta vez era especial, había volado muy pocas veces en helicóptero y yo siempre me quedaba muy nervioso cuando lo hacía», relata.
«Cuando ya no me respondió supe que algo definitivamente estaba mal».
Pero su corazón se detuvo cuando alguien le llamó a preguntarle si su esposa estaba bien.«Han informado que Kobe está muerto, ¿Christina está bien?».
Matt reconoce que parte de él hubiera querido que su mujer no trabajara y se quedara en casa, pero sabía que desde que Bryant la eligió como entrenadora ella amaba lo que hacía. «Ella adoraba a esas niñas, las quería como si fueran suyas».
Vecinos, amigos, familia y hasta el mismo Kobe sabían lo grande que era Christina y que hacía sacar de las niñas simplemente lo mejor. «Kobe no la escogió porque sí, sabía lo que hacía», relató un vecino. Y sobre el amor entre ellos, declara:
«Entre Matt y Christina había demasiado amor, los veías y te daba envidia, se amaban profundamente, y sus hijos eran fruto de ese enorme amor entre ambos».
«La amaba, es tan simple como eso, amo a mi esposa con todo lo que teníamos juntos y quiero que vuelva», dijo entre lágrimas.
Contó que una de sus pequeñas enfermó y no pudo volar con su madre, y lo único bueno de todo esto es que le agradece a Dios porque pudo haber enterrado a 2 de las personas que más amaba.
Todos nuestros pensamientos y oraciones están con este devastado hombre que llora la partida de la mujer de su vida. Estamos seguros que sabrá ser el mejor padre para sus hijos y que su niña, aunque tendrá un cumpleaños con el sabor amargo de no tener a su madre a su lado, tendrá un ángel velando por ella desde el Cielo. ¡Compártelo!