En el mundo no habrá barrera que valga cuando se trata de luchar por la vida de un hijo y Luiz Antônio Azevedo, de 65 años, le ha demostrado a todos que ni las pruebas más difíciles lo harían renunciar a una vida junto a Danilo, su primogénito.
Luiz y Danilo protagonizan una inspiradora historia de sacrificio y amor. En el 2002, el joven estaba en casa junto a su padre cuando sufrió una anoxia cerebral, es decir que su cerebro se quedó sin oxígeno y ese accidente lo dejó tetrapléjico.
Sólo 11 minutos, recuerda el padre, fue lo que les tomó llegar a un centro de salud para que Danilo fuese atendido, pero las consecuencias de la anoxia ya eran inevitables. Danilo pasó 28 días en la Unidad de Cuidados Intensivos y los médicos daban pocas esperanzas, a pesar de esto logró recuperarse y se mantuvo durante tres meses en observación dentro del hospital.
Luiz no podía comprender lo que le sucedía a su hijo, un chico joven, con sólo 18 años, que apenas estaba despertando a la vida y ya tenía un encuentro con la muerte.
“Nos tomó solo 11 minutos llegar al hospital y estaba casi muerto.Tenía 18 años, estudiaba, trabajaba en dos lugares, era modelo e iba a participar en una telenovela, había recibido una carta de aceptación esa semana”, recuerda Luiz.
La vida cambió para este joven modelo y con ella también la de su padre. El Sr. Luiz recibió apoyo de familiares al principio del proceso pero poco a poco fue quedándose solo y sin dinero.
“Estoy divorciado y la adaptación fue muy difícil. Al principio, algunos amigos ayudaron, pero gradualmente la gente desapareció”, recuerda el padre.
Danilo requería atención y un tratamiento bastante costoso, así que los fondos de ahorro de su padre fueron quedando en cero.
Luiz era dueño de un concesionario hasta que lo perdió, por no pagar las cuotas del condominio y del IPTU el local fue puesto en subasta. Aunque el hombre recuerda esto con tristeza, no se arrepiente de nada pues se trataba de la vida de su primogénito.
“O pagaba las facturas o dejaba vivir a mi hijo. Intenté conformarme, pasé por seis abogados… Pero en la tercera subasta, en 2019, se vendió mi piso por un precio absurdamente bajo”, recuerda.
Este padre y su hijo enfermo ahora deben desalojar hasta la casa en la que han vivido durante años. Junto a ellos también deberá irse María Tereza, hermana mayor de Luiz y quien ha servido como apoyo, ninguno tiene posibilidades de adquirir un nuevo hogar pues el tratamiento de Danilo es bastante costoso.
Para esta familia la pandemia ha sido una especie de bálsamo pues ha retardado el desalojo pero saben que en algún momento deberán irse. Ante este triste panorama, un medio local decidió hacer pública su historia y han iniciado una campaña para recaudar fondos y poder ayudarlos.
La situación de este padre y su hijo es muy triste, su vida cómoda y prometedora cambió en sólo minutos pero para Luiz su hijo jamás podría ser una carga. El padre y Daniel, un amigo cercano del joven, sueñan con que la tecnología desarrolle algún dispositivo que permita al chico comunicarse nuevamente.
Danilo es un joven sonriente con una vida interrumpida por un triste accidente, comparte su historia y ayúdanos a ayudarles ¡Este padre y su hijo merecen seguir viviendo en su hogar!