La noche de cine de una familia en Durham, Inglaterra, se convirtió en un episodio de terror cuando los padres presenciaron como su hijo de cuatro años murió asfixiado con un dulce, sin que tuvieran idea de lo que podrían hacer.
El 23 de noviembre de 2018, la familia Hardman disfrutaba de una noche de cine en casa cuando Austin, el pequeño de 2 años, presentó un episodio de asfixia.
Los padres, Daniel y Emma, entraron en pánico mientras su hijo mayor Noah, de 4 años, veía con nervios el lamentable episodio.
“Teníamos una pizza lista. Noah estaba pasando por una fase exigente y no quería comer pizza, así que le di algunas vainas de guisantes dulces. Austin tenía muy buen apetito y no quería quedarse fuera, así que le di algo también a él”, dijo Daniel ante un juzgado.
“Austin comenzó a toser. Pensé que se había puesto demasiado en la boca y le di palmadas en la espalda para ver si podía ayudar. En realidad iba a regañarlo por ser codicioso”, relató el padre.
Daniel intentó ayudar a Austin y dio algunas palmadas en su espalda pero nada funcionó, así que llamaron a los servicios de emergencias.
El pequeño tuvo que esperar alrededor de 20 minutos hasta que llegaran los paramédicos. Mientras, una operadora indicaba al padre cómo practicar la reanimación cardiopulmonar.
Austin fue llevado a un hospital cercano en el que murió horas más tarde. Los médicos forenses determinaron que el deceso ocurrió a causa de un accidente después de sufrir una asfixia aguda.
Además del dolor por la pérdida, los padres debieron enfrentarse a una audiencia judicial. Sin embargo, se determinó que el asunto fue meramente accidental. Ahora la pareja le está pidiendo a los demás padres que “¡por favor aprendan a dar reanimación cardiopulmonar (RCP)».
“Si alguien puede aprender RCP, hágalo, porque nunca pensé ni en un millón de años que alguna vez estaría en una posición en la que necesitaría hacerlo y no pude”, expresó Daniel Hardman.
Durante la investigación para determinar la responsabilidad en la muerte del niño, el patólogo Srinivas Annavarapu comentó que el guisante estaba alojado por la cuerda vocal y tenía comida a su alrededor, bloqueando las vías respiratorias.
Incluso si el padre hubiese introducido sus dedos para intentar retirarlo no hubiese sido suficiente.
“Nuestro Austin era un niño hermoso. Tenía un corazón enorme y la sonrisa más grande que he visto”, recuerda Daniel.
La muerte de este pequeño es lamentable y su caso no fue nada sencillo para las autoridades, ni mucho menos para su familia que aún sufre con la impotencia y el dolor. Aún así, estos padres han decidido romper el silencio y compartir su experiencia para crear conciencia en otras personas y evitar que esta tragedia se repita en otros hogares.
Por favor comparte esta noticia y ayúdanos a crear consciencia, conocimientos simples en primeros auxilios pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.