Hay gestos que pueden verse como insignificantes para algunos pero terminan por cobrar mucho valor para otros. Esto lo ha aprendido muy bien una maestra de Nobesville, Indiana, quien quedó sorprendida por el dulce gesto que un hombre tuvo con una desconocida anciana.
Amanda Craft estaba en su hora de almuerzo con sus colegas de la escuela, cuando vio cómo una mujer se acercaba a la mesa de un extraño y le pidió permiso para sentarse a comer a su lado. Algo que le pareció bastante curioso a ella y a sus amigos.
El hecho ocurrió en un McDonald’s de Indiana y lo más hermoso del asunto fue la emotiva reacción del sujeto. Según comentó Amanda, el hombre le dio su permiso y sin pensarlo compartió la comida con la anciana.
Por un lapso de al menos 45 minutos estos perfectos extraños que, quizás, puedan tener gustos muy distintos charlaron cómodamente y la anciana se veía complacida y feliz por la acogida que le ofreció el hombre.
El asunto le pareció tan tierno a la Sra. Craft que no dudó en fotografiar el momento y compartir la anécdota es su Facebook. Sin pensar que, al igual que ella, muchos quedarían flechados por el emotivo detalle hasta el punto de hacer la publicación viral.
“¡Alabemos a este chico! Esta anciana (que parecía estar un poco solitaria) se le acercó y le preguntó si podía sentarse con él. Mis amigos y yo lo vimos presentársele y estrecharle la mano.
Hablaron y se rieron juntos como si fueran amigos. No se conocían, y no podían ser más diferentes. Pero hoy compartieron una comida juntos y tocaron nuestros corazones», escribió Craft.
La imagen compartida por Amanda se viralizó de inmediato y gracias a esto, alguien reconoció al hombre de la fotografía y lo etiquetó. El amable protagonista de la escena era Eric Haralson, de 28 años, al chico le pareció curioso que alguien haya compartido la escena ocurrida en el McDonald’s.
Según comentó Eric, el la mujer se presentó como Jan, de 70 años, y sólo buscaba a alguien con quien desayunar y hablar para no sentirse sola. Algo frente a lo cual él no tuvo ningún inconveniente, al contrario parece haber disfrutado mucho.
«Ella va a la iglesia todos los domingos, hablamos mucho sobre eso. Hablamos de mi novia, mis hijos, ella no tuvo hijos ni una persona importante, según lo que mencionó», dijo Haralson.
El hombre compartió un rato amable con la mujer, con quien intercambió número telefónico, además de algunas opiniones y reflexiones filosóficas sobre la vida y el amor.
«Ella mencionó muchas veces cómo debemos amarnos unos a otros. Y que no debemos juzgar a nadie porque nunca se sabe cómo va su día y por lo que ha pasado», recordó Haralson.
Tras enterarse de que la fotografía se había hecho viral, Eric decidió compartirlo con su nueva amiga Jan. Además, no descartó la posibilidad de tener encuentros más seguidos con la mujer pues piensa que parece siempre tener algo que contar.
«Sé que si tuviéramos más encuentros ella siempre tendría una historia para mí todos los días», dijo Haralson.
Este chico realmente ha demostrado tener un corazón bastante solidario. Además, su gesto debería inspirarnos y hacernos reflexionar a más de uno y preguntarnos ¿cuántas veces no andamos por la vida casi en modo automático, sin percibir ni siquiera a los que están más cercanos a nosotros, mucho menos a un desconocido?
Comparte este gesto e invita a más personas a hacer algo generoso por alguien más ¡Que el ejemplo de Eric produzca una cadena de buenas acciones!