Un adolescente de Virginia, Estados Unidos, es amante apasionado de la mantequilla de maní. De hecho, el joven de 14 años come muffins ingleses con mantequilla de maní y jalea tres veces al día; la variedad de nueces son sus favoritas.
Ahora, este joven no tendrá que preocuparse por el dinero para cubrir su meloso capricho, pues ha ganado un suministro de mantequilla de maní de por vida.
Eric McKay es un joven autista, sus amigos también lo conocen como Bean y su pasión por la mantequilla de maní es tan grande como su corazón.
Después de ganar un suministro de mantequilla de maní de por vida, el generoso chico decidió compartir su premio con los trabajadores despavoridos que no han recibido pago debido al cierre de gobierno.
«La mantequilla de maní es algo que ama, y dársela a los demás lo hace feliz», dijo Tracy, la mamá de Bean McKay.
Eric ganó el premio de manera sorpresiva. En febrero del año pasado, este fanático de la mantequilla de maní compró 72 frascos por sólo 78 centavos cada uno en Lidl; pero en octubre, cuando fue a reponer su inventario, la promoción había expirado.
Por esa razón decidió escribir al Twitter de la tienda, sin imaginarse lo que podría suceder. Eric se sorprendió en el momento en que no sólo recibió nuevamente los frascos en oferta, sino un desafío. La tienda retó a Erick a ganar una provisión de mantequilla de maní de por vida si lograba 72.000 retweets para su tweet.
Esto fue un enorme reto para el joven, quien con ayuda de amigos y algunas figuras públicas como Monica Lewinsky y el autor Neil Gaiman pudo superar la meta establecida. Pero, como Erick no se deja ganar en generosidad, desde un principio pensó en todas las personas con las que podría compartir su mantequilla de maní.
El padre de Erick no ha podido cobrar su sueldo después del cierre de gobierno. De ese incentivo surgió la idea de compartir su premio con los empleados que, al igual que su padre, han quedado sin sueldo desde que el presidente Donald Trump se negó a firmar un proyecto de ley que financiaba las actividades del gobierno federal.
«Él estuvo muy claro todo el tiempo, fue idea suya, que compartiríamos parte de ella. Cuando nos dimos cuenta de cuánto es un suministro de por vida, era muy sencillo tomar la decisión. ‘Tenemos mucho, no lo necesitamos todo ahora, y deberíamos compartirlo’. Para él, esto era una cosa simple. Cuando tienes más de lo que necesitas, lo compartes con otros”, dijo la madre de Erick.
Erick ya ha realizado la primera repartición de mantequilla de maní a los empleados, en las propias instalaciones de Lidl en Dumfries, Virginia. Además, planea continuar con la donación en las próximas semanas. El joven está feliz de poder compartir su crema favorita con las personas que necesitan de una mano amiga.
Comparte en tus redes el ejemplo de Erick Mackay y haz posible que estas acciones se multipliquen ¡Bravo campeón!