La vida para Joe Dimeo cambió drásticamente desde julio del 2018 después de tener un accidente en el que casi pierde la vida. Joe, que para entonces tenía 20 años conducía su automóvil cuando de repente se quedó dormido y perdió el control del vehículo.
El joven manejaba en la ruta 22 en Nueva Jersey, Estados Unidos.
El primer impacto fue contra una acera, luego, el auto se volcó y se prendió en llamas, de no haber sido por un transeúnte que logró sacarlo Joe hubiera explotado junto al vehículo.
Desde entonces, pasó los siguientes meses en la unidad de cuidados intensivos en un hospital de Nueva Jersey.
Al accidente lo dejó con quemaduras de tercer grado en casi todo su cuerpo.
Más del 80% de su cuerpo estaba quemado, tuvieron que amputarle las yemas de los dedos, perdió los labios, orejas y parpados. Su rostro estaba completamente desfigurado y su estado de ánimo estaba por el piso.
Afortunadamente, contaba con el apoyo de sus padres quienes han estado para él de manera incondicional.
Durante un año Joe se sometió a 20 cirugías reconstructivas.
Tras múltiples cirugías su cirujano plástico le dijo que ya no podía hacer más nada para ayudarlo a recuperar la funcionalidad.
Pese a su diagnóstico no se daba por vencido, dos años después de aquel trágico día aparecieron especialistas, entre ellos, el Dr. Eduardo D. Rodríguez, presidente del Departamento de Cirugías plásticas Hansjörg Wyss en NYU Langone Health quien le propuso recuperar la movilidad, confianza en sí mismo y parte de la independencia que había perdido debido al accidente.
Gran parte de su cuerpo estaba cicatrizado por los injertos de piel.
Debido a la magnitud de sus quemaduras y su motivación le propusieron convertirse en el primer receptor de trasplante del rostro y manos del mundo. Al respecto Joe destacó:
“Nunca había oído hablar de algo así antes. Pero dije: ´hagámoslo entonces. Si lo están ofreciendo, debe estar funcionando. Estaba muy emocionado. No estaba realmente asustado o nervioso, solo quería superarlo”.
Desde entonces se comenzó un minucioso trabajo para encontrar el donante y pautar la cirugía, 10 meses después de la búsqueda, el 10 de agosto del 2020, se identificó un donante que permanece en el anonimato.
Tan solo dos días después, Joe estaba en el quirófano sin saber que se convertiría en el primer trasplante de cara y doble mano en realizarse con éxito en el mundo.
El resultado de la operación fue tal como lo esperaban.
La histórica operación duró 23 horas a la que le siguieron 45 días en cuidados intensivos y casi dos meses de rehabilitación.
El equipo quirúrgico trasplantó ambas manos a la mitad del antebrazo de Joe, hicieron lo mismo con su cara, incluida la frente, cejas, orejas, nariz, párpados, labios y los segmentos subyacentes del cráneo, las mejillas, y la barbilla.
140 profesionales sanitarios participaron en la atención pre y posquirúrgica.
Gracias a la tecnología y la dedicación del equipo médico Joe hoy puede disfrutar de un nuevo rostro, no ha sido un proceso fácil pero ha mejorado satisfactoriamente. El Dr. Rodríguez comentó:
“Se han realizado con éxito más de cien trasplantes de manos y cerca de 50 trasplantes de cara […] Así que, fundamentalmente, no había ninguna razón por la que no pudieran ocurrir juntos, con éxito […]
Necesitábamos evitar la infección, necesitábamos que esta operación ocurriera lo más rápido posible, teníamos que ser muy selectivos con el donante y teníamos que implementar todas las tecnologías de punta que aseguraran el éxito total de la operación de Joe, y eso es exactamente lo que hicimos […]
Siempre comenzamos la operación con un momento de silencio para honrar a la familia del donante, para respetar su gran pérdida, para no olvidar nunca las donaciones que se han hecho […]
En todas estas operaciones es importante reconocer que alguien debe entregar su vida para que otros puedan seguir viviendo […] Joe está sano, es joven, es fuerte, le encanta hacer ejercicio, come sano y tenía ese elemento especial que se iba a necesitar para esta operación […] Un alto nivel de motivación. Y él tenía un tremendo sentido de esperanza”
Cuatro meses después del trasplante Joe dependía por completo de sus padres, pero tras un largo proceso de rehabilitación ahora puede vestirse y comer solo, lanzar una pelota, jugar con su perro, practicar su swing de golf y bailar.
Sigue entrenando para ganar resistencia en sus nuevas manos. Hasta la fecha no ha presentado ningún rechazo al trasplante. Finalmente Joe expresó:
“Quiero compartir mi historia para dar esperanza a la gente en el mundo […] Me gustaría reconocer el altruismo de mi donante, y cómo nada de esto sería posible sin su sacrificio […]
No hay excusa para no estar motivado o para no hacer mi terapia […] Mis manos aún no están allí. Tengo que seguir practicando […]
Es como cuando eres un bebé, solo mueven sus manos todo el tiempo hasta que adquieren esa habilidad para hacer cosas. Ahora tengo nuevas manos, como ellos […] Siempre hay luz al final del túnel. Nunca te rindas”
Deseamos que todo siga avanzando de manera satisfactoria y logre el equilibrio perfecto para que disfrute esta segunda oportunidad que le dio la vida. Comparte su historia.