Siempre que hablamos de adicciones, es común pensar en sustancias ilícitas, etílicas, o en ambas. Sin embargo, existen otro tipo de habituaciones, incluso más peligrosas para la salud. Una de ellas es la dismorofobia, o adicción a las cirugías estéticas.
Las personas con este tipo de patologías tienen una obsesión mental que las lleva a modificar sus cuerpos y aspectos faciales de forma extrema, tal como una mujer en Kiev, Bielorrusia, quien dice orgullosamente tener las mejillas más grandes del mundo.
La verdad es que el rostro de Anastasia Pokreshchuk parece sacado de una novela cyberpunk, pero, lo más sorprendente es que ha dicho no sentirse satisfecha con los resultados, y que está ansiosa por volver a entrar a quirófano.
La mujer es toda una celebridad en su ciudad natal. Es famosa por sus publicaciones en las que muestra una singular estética facial, fuera de este mundo, además de brindar noticias sobre su rutina diaria de vida.
También es muy abierta con sus miles de seguidores sobre todas las cirugías que se ha realizado en su cuerpo, mismo que muestra sin tapujos ni complejos.
Recientemente, uno de sus fans le interrogó acerca de cuánto pensaba aumentar su busto y sus glúteos.
«¿Cuándo te vas a hacer una cirugía de senos y de qué talla? ¿Y planeas hacerte implantes de glúteos?», se lee en la publicación de Anastasia.
El antes y después que sufrió Anastasia es simplemente impresionante
Ella, sencillamente respondió diciendo que tiene la esperanza de aumentarlos a una copa D, añadiendo que, si la naturaleza no le dio senos, la ciencia lo hará. Asimismo, aseguró que no tiene planes de hacer algo con sus glúteos, pero sí se someterá a una liposucción.
“La naturaleza no me dio ningún tipo de senos. No, no planeo hacerme implantes de glúteos, porque me haré una liposucción y pondré grasa en mi trasero», añadió Pokreschuk.
Otros procedimientos quirúrgicos que Anastasia ostenta en su haber incluyen rellenos de labios, carillas y retoques en la mandíbula y el mentón, para tratar de darle una línea más definida. La humilde opinión de quien les narra es que se voló la barda. De todas formas, ya juzgarán por ustedes mismos.